Las trampas de Bertín Osborne: facturó a través de Panamá para evadir impuestos y casi acaba en el trullo

Ojito cuidao' con Bertín Osborne. Aquel macho ibérico que tantas veces presumió de la eterna adoración que siente hacia nuestro país acaba de quedarse en calzoncillos. Así, sin más. A Bertincho se le ha caído la careta, los pantalones y hasta la dignidad. Tal y como publica Informalia, el presentador fijó su residencia en Luxemburgo y facturó a través de Panamá para no pagar impuestos.

Al parecer, el ex churri de Fabiola Martínez trató de evadir sus impuestos a través de una estructura societaria con ramificaciones en paraísos fiscales. Como buen famosete con pasta, Bertín hizo lo posible por evitar que Hacienda se llevase parte de su dinero, y para ello, llegó a fijar su residencia en la ciudad de Luxemburgo y cedió sus derechos de contratación a una sociedad instrumental panameña.

Desde hace cinco años, el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional investiga a unos cuantos tramposos con mucho 'money' que trataron de evadir sus impuestos, dirigidos por varios gestores fiscales que habrían facilitado estructuras opacas a los más adinerados. Vamos, lo que viene siendo una trama bastante chunga en la que, por suerte o por desgracia, Bertín podría estar implicado.

Tal y como publica Informalia, Bertín habría cometido las citadas "irregularidades" entre el años 2000 y 2006, por lo que habrían prescrito. De todos modos, están siendo analizadas por la Agencia Tributara, que no descarta encontrar nuevas trampas por parte del presentador, según El Confidencial. Concretamente, será el juez Santiago Pedraz, el chorbo de Esther Doña, quien se encargue de revistar el caso.

A juzgar por el historial de Osborne, queda bastante claro que es reacio a abrir la cartera cuando toca 'poner bote'. Hacienda le reclamó el pago de importes correspondientes a su declaración de la renta hace 20 años, sufrió un embargo de bienes e incluso fue condenado a penas de cárcel, aunque logró evitar ponerse el pijama de rayas.

El 2002, Hacienda le embargaba el sueldo que percibía en Antena 3 y, para evitarlo, cedió a Canterbury Operations SA sus derechos de "representación artística" para que todos sus ingresos profesionales pasaran por esa sociedad instrumental panameña. Fue entonces cuando el tío se hizo pasar por un luxemburgués a ojos de Hacienda: fijó su residencia en un edificio situado en calle Bonnevoie del ducado, a solo unos metros de la estación de tren central del país.

Además, utilizó otra sociedad panameña llamada Artistic Trading SA para realizar operaciones inmobiliarias de varios millones. En 2016, admitió haber puesto de nuevo en marcha la sociedad para afrontar los últimos pagos que tenía con Hacienda, un total de 1.6 millones de lereles. ¡Casi ná!