Yo cuando me enteré de esta noticia sobre Lindsay Lohan me dije: ya está, van a televisar su vida en un programa 24 horas. Mejor show que ese, sin duda no hay. Pero no, para desgracia mía y en beneficio de las cándidas mentes vírgenes e impolutas de los tele-espectadores estadounidenses, no van a televisar vía 24 horas la vida de Lindsay Lohan (pero me gustaría poder decirle a alguien que de verdad sería la gallina de los huevos de oro, en fin…)
Al parecer Lindsay Lohan, quien en un principio se unió conmigo a la grata tarea de reírse de Paris Hilton y su programa My new BBF (estaba a huevo, reconocerlo) ahora que le ha visto las orejas al lobo y, después de volver a saborear que es eso de tener dinero por salir en la pantalla (gracias a su nueva película Un trabajo embarazoso) y no por vender exclusivas sobre con quien se acuesta o a quien le grita, ha querido acelerar el proceso que todos conocemos por “ganarse el sueldo” de alguna manera. Y se le ha ocurrido montar un reality Show.
Sí, parece que esta temporada no solo están de moda los buldog franceses, las gabardinas y el color violeta, no, además está de moda que de lo mejorcito del panorama intelectual estadounidense le de por montar programas en los que exhibir su estupidez, y demostrar a todo el mundo como sin un mínimo de CI se puede llegar a lo más alto de la televisión (que no implica de la sociedad, como es el caso).
Y encima, como seguramente sí que de pelas, como si de un mono de ferie se tratase, se la están rifando para ver quien consigue dirigirle un poco el cotarro. De momento se baraja el nombre de Larry Rudolph, el manager de Britney Spears, el cual le está dando consejos a la joven Lindsay para que el reality show funcione y se convierta en un completo éxito y así de paso pillar algo de tajada como tertuliano de algún programa paralelo en el que pasar por el afilador a todos los concursantes incluida la propia Lindsay. The show must go on.
P.D: De verdad que me ha costado horrores darle a esta noticia la categoría de “Profesional” pero no me ha quedado otra…
Vía | Mas Corazón