La botulímica cara de asombro de Madonna es cada día más inquietante. El botox que la cantante se ha inyectado se cuenta ya por garrafas. Cualquier día las cejas le llegan al nacimiento del pelo y protagoniza una nueva versión de "Candy, Candy". El parecido es asombroso. La pétrea facha que la toxina preferida de las celebrities da a sus caras les hermana directamente con la irrealidad del manga japones.
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