Aunque esté a punto de cumplir los 50, Belén Esteban tiene el espíritu de una jovenzuela de 25. Le gusta salir, viajar, brindar con amigos, disfrutar con su 'Míguel' y celebrar con el mínimo motivo. Ella es disfrutona y fiestera sin fin. Adora los conciertos, adora cantar y, tal y como dijo en Sálvame, estaría dispuesta a hacerlo en bodas y bautizos si algún día necesita un nuevo curro.
La Esteban es el alma de la fiesta y nos lo ha demostrado en infinidad de ocasiones, tanto dentro como fuera de plató. En 'Sálvame' nos regaló hace un par de meses su propia versión de 'Las Campanadas del Amor', de Camela, y en la boda de Anabel y El Negro, celebrada en La Graciosa, la vimos pegada al micrófono toda la noche: "¡Aaaaaarriba!", exclamaba.
Ahora, con el programa de las frutas fuera de la tele y a la espera de que Netflix ponga en marcha su proyecto, Belén dedica su días a pasárselo en grande. Estuvo en Benidorm, viajó hasta las Canarias para disfrutar de un festival junto a su amiguísima Anabel Pantoja y ahora está pegándose la juerga padre en Madrid.
Tal y como publica Informalia, la Esteban y su churri, Miguel Marcos, salieron el sábado por Madrid y fueron vistos en una conocida discoteca gay. Se trata del local 'Marta Cariño', ubicado en pleno centro y visitado por numerosos rostros conocidos. Jorge Javier es un amante de dicha discoteca y ha bailado allí en infinidad de ocasiones.
Según el citado medio, Belenchu lo dio todo en este garito. Una vez más, se vino arriba y movió el esqueleto como si no hubiera un mañana. Y sí, con toda probabilidad, tuvo que soportar una buena resaquita al día seguiente. ¡Já!
Fotos: Gtres / Telecinco
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