A sus 81 años, María Teresa Campos vive su verano más triste. Como cada año, se trasladó hasta Málaga para pasar unos días en su segunda residencia, pero terminó arrepintiéndose y regresó a Madrid antes de tiempo. Al parecer, la presentadora está triste, desanimada y sin fuerzas. Los años pesan, pero es su desaparición de la pequeña pantalla lo que más la atormenta.
La ruptura con Edmundo, su muerte televisiva y los achaques que sufre a causa de la edad han hecho de María Teresa una mujer triste y solitaria. No hace demasiados planes, se siente incompleta, frustrada y todavía mantiene viva la esperanza de regresar a Telecinco. Sus hijas, sin embargo, asumen que la trayectoria de Teresa ha llegado al final.
"Ha llegado el momento en que se apoye en Terelu y en mí. Necesito darle más dedicación a mi madre. Mi madre siempre ha sido muy independiente. Y cuando se hace más mayor, esa independencia que tenía ya no la tiene", decía la propia Carmen Borrego la semana pasada en 'Sálvame'.
El entorno de Maritere también se ha pronunciado sobre el estado de salud de la comunicadora, y lo cierto es que no está en su mejor momento: "No la dejan sola ni un minuto. Hay que decir que sola nunca está porque tiene a la chica interna. Hay preocupación, no ya por su edad y los achaques propios, sino por su ánimo. Está muy apática y sin ganas de casi nada", relata El Español.
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