Muchas veces en los realities, al votar a algunos concursantes para que sean expulsados, se produce el mismo efecto que al día siguiente después de una farra de vivencias a tope en una discoteca: llega el arrepentimiento por lo que se hizo con algunas personas. Esto es lo que ha ocurrido en 'Secret Story: la casa de los secretos' con la repesca de Miguel Frigenti, Adara Molinero y Lucía Pariente que, tras haber sido eliminados por el público en sus respectivas nominaciones, han sido los seleccionados por el respetable para volver a entrar en este 'Gran Hermano' blanqueado con un nombre en inglés. La audiencia es soberana y se hace el moño, como Amy Winhouse, donde le da la gana y ha decidido abrochárselo expulsando a Emmy y a Fiama de este micro-concurso paralelo de Telecinco.
Este plot twist (que es como llamarían los más modernitos con acento british a lo que de toda la vida se ha llamado un 'por la cara') se vivió anoche en el debate ('La Noche de los Secretos') del presentador con más efecto Dormidina de Telecinco, Jordi González. Los finalistas acabaron ingresando hasta el martes en la sala blanca de 'La casa de los secretos' que consta de tres camas, una mesa y una mesa de mandos a lo 'Star Trek' que no se sabe muy bien para qué sirve: lo que viene siendo un alquiler por 1500 euros al mes en Madrid, vamos.
La cosa es que el contenido que nos pueden dar la combinación de este 'Retorno de las Brujas' de Lucía Pariente, Adara Molinero y Miguel Frigenti en la White Room (que parece sacada de un anuncio de Kalia Oxiaction) es mucho más interesante del que aportan los concursantes de pleno derecho que siguen participando en 'Secret Story'... ¿Por quién votamos? ¡Qué dilema!
¿Votamos a Miguel Frigenti?
Miguel Frigenti parece que se va a poner a cantar, con esa banda, "Hoy las cadenas (de la Rábago) hay que romper" al más puro estilo de la madre de los niños de 'Mary Poppins'. El colaborador de 'Sálvame' ha vuelto al concurso ilusionado con su posible vuelta a la casa, pero combativo contra la que considera su mayor enemiga, Isabel: "Ojalá pueda entrar para desenmascararla porque me parece lo peor de esa casa", ha declarado a modo de mitin político anti el Rabaguismo redomado.
Además, el periodistilla parece haber cambiado de bando tras ver cómo Luca Onestini y Cristina Porta le dieron la espantada a su amiga Adara Molinero. Ahora preferiría juntarse (si lo acogen como hijo adoptivo con el que dormir en medio cual matrimonio) con Julen y Sandra, que le parece que están siendo los más claros en el concurso.
¿Votamos a Lucía Pariente?
Repescar a Lucía Pariente significaría tener a Alba Carrillo montando chickens (pollos) a diestro y siniestro en plató cual trabajadora del KFC o la niñera de Andreíta, la hija de la Esteban (¡cómete el pollo!). La generalísima de la cocina de 'La casa de los secretos' ha decidido comenzar su segunda oportunidad en el reality con buen pie y ha pedido perdón a Adara Molinero por, tras su expulsión, dedicarle un incendiario tweet sobre la distante relación que tiene con su padre: "Te pido disculpas. Me alegré al escuchar a tu padre y me alivió. Si llego a saberlo no lo hago", le ha confesado en directo alegando que no llevaba malas intenciones contra ella.
A la madre de la Carrillo le encantaría entrar a saquillo contra Cynthia Martínez, Isabel Rábago, Luca, Cristina o incluso contra Luis Rollán, al que también acusó de haberle jodido el concurso a Emmy. Aunque, esencialmente, lo que más le gustaría a Lucía sería reencontrarse con sus amigos Sandra Pica y Julen, al que decepcionó con el tweet anteriormente mencionado a Adara.
¿Votamos a Adara Molinero?
Esta sería la vez número 100 que Adara Molinero entra en un reality, le deberían dar un bono de descuento en la cafetería de Mediaset. La última expulsada de 'Secret Story' (contra los Gemeliers, que es lo peor) se ha tirado una semana sabática fuera de la casa de Guadalix, más que suficiente para echar un pinchito de reconciliación con Rodri y cargar las pilas para seguir levantando esta edición de personajes anti-televisivos.
Adara ha disparado a través de sus tweets contra las planchas de Cristina Porta, su exmejor amiga en el concurso, porque la acusa de no saber hacer otra cosa que tratamientos capilares y trajes a su persona. Un mood muy parecido al que llevan sus compis de Airbnb mini de decoración ecléptica futurista Lucía y Miguel, junto a los que nos encantaría que hiciera piña y que entraran los tres en banda atentando contra el aburrimiento de contenido que nos dan los habitantes de la casa grande de Guadalix.
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