Señoras y señores, todo parece indicar que entre Clara Chía y Gerard Piqué hay movida de la gorda. Y no, no resulta extraño. Tras el aluvión de reacciones que recibió el temazo de Shakira, el ex futbolsita sacó sus armas de machito, se montó en un Twingo y vaciló sobre el tema públicamente. Mientras tanto, la joven de 22 encontró refugio en casa de sus padres. Lo pasó mal cuando descubrió aquellos versos dirigidos hacia su persona, y lejos de tomarselo a risa, decidió cerrar sus redes.
El huracán mediático le vino grande a Clara, pero Piqué se hizo fuerte. Dio la cara, se burló de su ex y hasta llegó a repartir relojes Casio entre sus colegas. Al tío se la trae floja lo que cante Shakira, o al menos eso quiso darnos a entender. Su novia, mientrar tanto, se lamenta en la soledaad de su morada.
Aquello pudo ocasionar una brecha en la historia de amor de Clara y Piqué, y si todavía no teníamos pruebas, aquí está la primera: en este momento, el catalán está de farra en París mientras su chica llora en Barcelona. Tal y como publica Informalia, Gerard se ha trasladado a la capital francesa por motivos laborales, y entre reunión y reunión, ha acudido a la fiesta organizada por la asociación de jugadores de la NBA, y Sorare, empresa de Fantasy y coleccionables NFT, de la que es inversor desde finales de 2020.
Imagínense la estampa. Piqué escuchando sonar los hielos del cubata y su chorba, a miles de kilómetros de distancia, lamentándose por ser la protagonista del nuevo temazo de Shakira. Eso sí, la muchacha ha regresado a su puesto de trabajo, o al menos así lo confirmaba Laura Fa en 'Sálvame': "La situación ha sido incómoda en algunos momentos, pues lleva mal ser reconocida o que la paren por la calle. No se esconde, sigue yendo a trabajar y hace vida normal".
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