Cómo nos gusta el ánimo de la Padilla. Con motivo del primer aniversario del fallecimiento de su Antonio, Paz decidió montar un fiestón para celebrar la vida, la familia y el tiempo que disfrutó de su marido. Esta mujer es todo energía y vitalidad, pero su buena vibra no pudo evitar que la pasma de presentase en su domicilio.
Como si tratase de un botellón universitario, un par de polis bien armados se presentaron este fin de semana en casa de la humorista para poner orden en Villaviciosa de Odón. La música salía del chalet de la Padilla y se escuchaba hasta en Zahara de los Atunes. Paz organizó una fiesta de disfraces con su familia y amigos, pero la juerga llegó a tal nivel que algún vecino terminó hasta el chumino.
Con la música a tope y unas cuantas copas en el cuerpo, la Padilla abrió la puerta de su casoplón para recibir a la pasma. Ya podemos imaginarnos la conversación: "Buenas tardes agentes, ¿quieren tomar algo? Si quieren, pueden castigarme con su porra", diría Paz con la mejor de sus sonrisas. Los agentes, entre risas, responderían algo así como "Señorita Padilla, baje la música o le casco un multón de los que duelen en el alma".
A sus ordenes mi sargento. Paz, que además de fiestera también es buena ciudadana, bajó ligeramente el volumen de la música y continuó su 'party' loca por todo lo alto. De hecho, la cosa se alargó hasta las tres de la mañana, cuando Paz estaba ya reventaíta de tanto menear el esqueleto.
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