Desde luego, no puede uno correrse una buena juerga sin que haya una camara al acecho. A veces son paparazzis, y en ocasiones como esta, es el móvil de un amigo descerebrado (y algo borrachete) que no es consciente de la gravedad de las imágenes filmadas. Esto fue lo que le pasó a un colega de Íñigo Oniega hace un par de semanas, cuando grabó al churri de Tamara Falcó dándose el lote con una jovenzuela y, al parecer, lo publicó en redes.
Tras hacerse pública la inminente boda de Íñigo y Tamara, unas imágenes comprometidas del noviete de la marquesa han salido a la luz. Al parecer, Onieva estuvo hace un par de semanas en Estados Unidos, y tras gestionar sus múltiples negocios, decidió pegarse un fiestón con amigos.
Tal y como publica Edatv, el medio encargado de sacar el polémico vídeo a la luz, Íñigo se morreó con una muchacha dos semanas antes de hincar rodilla ante Tamara Falcó. Y efectivamente, en las imágenes no hay trampa ni cartón. Onieva aparece dándose un piquito con una joven y, acto seguido, sonríe a la cámara de su colega.
La pregunta es, ¿tan relevante es un besito tontorrón en un fiesta? ¿Acaso nadie ha besado nunca a un amigo/amiga en mitad de una buena farra? ¿Y si Onieva y esa muchacha son colegas de toda la vida y tan solo jugueteaban? Cabe la posibilidad de que así sea, pero lo importante es que Tamara, la prometida de Íñigo, se tome estas imágenes de la misma manera.
En caso contrario, todo apunta a que se avecinará tormenta. Imagínense a la marquesa cabreada como una mona, arrancándose el pedrolo de su dedo y gritando: "¡Vete con esa furcia!"
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