La recta final de 'Masterchef 10' está a la vuelta de la esquina y los humos de las cocinas del talent culinario de TVE ya no solo provienen de las sartenes. Los concursantes estás como las ollas, sometidos a alta presión, y por contrato parecen estar con las bocas envasadas al vacío. Sin embargo, algunos concursantes como Yannick, Claudia, Verónica y María Lo se rebelaron contra la dictadura del '¡Sí, chef!' y pararon los pies a Pepe Rodríguez y Jordi Cruz en el último programa.
"Nos ha enfilado. Éramos un objetivo claro desde el principio para Jordi", se escuchó decir con valentía a Verónica en una prueba exterior en la que ni ella ni otra de las favoritas, María Lo, pudieron sacar el postre adelante. Y mucho menos teniendo a Jordi Cruz como capitán "a ciegas" poniendo en valor el talento de la rata de 'Ratatouille' para cocinar dentro de un sombrero sin poder usar la vista.
Aunque sin duda, la gran metedura de pata de 'Masterchef 10' llegó en la prueba final. El hate les cayó como panes por poner a los concursantes a replicar cinco tartas de boda diferentes para cinco parejas que iban a cometer el mayor error de su vida en breves: casarse. Y claro, como en la España casposa que vivimos "solo se casan personas heterosexuales", a TVE y a 'Shine Iberia' se les olvidó incluir alguna pareja del colectivo LGTBI+ entre las cinco parejas seleccionadas.
En pleno mes del Orgullo LGTBI, 'Masterchef' se acordó de los diabéticos proponiendo hacer una tarta sin azúcar, una para veganos e incluso una para frikis de Marvel, pero no tuvo la consideración de llamar a una pareja del colectivo. Una cagada sin precedentes que no pasó desapercibida por la audiencia activa de Twitter (la mayoría simpatizante con la bandera arcoiris).
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