La ruptura de Shakira y Piqué será una historia larga y escabrosa. Lo fácil es finalizar la relación, las complicaciones vienen después. El futbolista y la cantante tienen clarinete que jamás volverán a estar juntos y, una vez tomada esa decisión, solo queda actuar. Se avecinan movidas legales, repartición de bienes y un acuerdo acerca de la custodia de los dos retoños que tienen en común.
Aunque ninguno de los dos quiera dañar al otro, lo cierto es que estas historias suelen acabar como el rosario de la aurora. Shakira, además, está dolida. Ha sido engañada por el padre de sus hijos durante meses y eso siempre hace mella. Ahora, la cantante parece estar empeñada en separar su casa de la de los padres de Gerard.
La colombiana no quiere verlos ni en pintura. A los Piqué no les queda más remedio que "apoyar" a su niño, y Shakira, que tiene dos ovarios bien puestos, habría decidido levantar un muro entre su casa y la de ellos. Cuando el futbolista y la de Barranquilla se mudaron a 'Barna' construyeron tres casoplones unidos por las zonas comunes. En uno viven los papis de Gerard, en otro los de Shakira y el tercero era el domicilio familiar de la artista y el del Barça.
Tal y como publica Informalia, la intérprete de 'Loba' está dispuesta a levantar una Waka-muralla con tal de no compartir absolutamente nada con la familia Piqué. Se acabó lo de pedir sal, huevos o aceite. Los papis del blaugrana tendrán que apañárselas sin Shakira y viceversa. Además, ambas casas tienen salida a una misma piscina... ¿La dividirán en dos?
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