Maite Zaldívar coge el testigo a Julián Muñoz: Telecinco anuncia el estreno de su propia docuserie 'Maldita la hora'

Parece ser que con las pipas de las máquinas expendedoras del edificio de Telecinco regalan docuseries a cascoporro. De los creadores del reivindicativo 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' y el homenaje en carne y hueso que Julián Muñoz ha hecho al Sr.Burns de los Simpsons con su entrevista 'No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad', ahora llega 'Maite Zaldívar: maldita la hora', un nuevo especial que tendrá como protagonista a la mujer a la que el exalcalde de Marbella puso los cuernos con la Pantoja.

En el último episodio de la serie documental de Julián Muñoz lo vimos recochinearse, cual homínido del perfil de los participantes de 'La Isla de las Tentaciones', de haber llevado a Maite Zaldívar a Cantora por San Valentín. "Mi vida no sé si era buena o era mala, pero era mi vida. Y quien me rompe la vida es esa señora", comenta en el cebo de su nueva docuserie la propia madre de los hijos del corrupto marbellí.

Ahora, es el turno de que la cornamentada responda y dé su versión de todo lo ocurrido tanto en el terreno sentimental con el doble de acción de Mauricio Colmenero como en el marco de lo que está fuera de la ley en el caso Malaya y que hizo a ambos ingresar en prisión: "Yo soy como cualquier cornuda de este y de otros países: la última en enterarme", lanza como cebo Maite Zaldívar en su 'Maldita la hora'.

Habrá que esperar dos diítas para ver este pasadote de entrevista ya que Telecinco ha programado esta secuela de la entrevista del señor que podría usar los pantalones como mascarilla (de los altos que los lleva) para el próximo viernes 28 de enero a las 22.00 horas. 

Esta docuserie cuyo nombre recuerda a lo que dices al sonar el despertador o cuando te despiertas con agujetas tras un primer día de gimnasio ('Maldita la hora') continuará el procedimiento habitual: Joaquín Prat con corbata hortera como presentador, Paloma García Pelayo mirando a cámara y estirando el cuello por encima de sus posibilidades y en el mismo plató que usan en la cadena hasta para guardar el mocho de la limpieza.