Álvaro Boix se ha intentado coronar como el dramas de esta cuarta edición de 'La Isla de las Tentaciones', pero no ha podido evitar que su vena guarrona de adolescente que duerme con un rollo de papel higiénico a mano y una suscripción a 'Horno Tube' haya salido a relucir tras ver las imágenes de su novia Rosario dejándose llevar con Suso. ¡Del llanto al lameteo tan solo hay una fiesta de 'Flower Power' de por medio!
El frutero de Elche ha acabado en la fiesta número 798 suplicándole a su tentadora favorita, Sabela, que se gane un poquito más el sueldo calentándole la tostada. Álvaro se ha disfrazado de hippie para acabar succionándole el cuello a la soltera gallega. Ella también se ha sumado a la fiesta de la saliva relamiendo al novio de Rosario como si fuera un Calippo lima-limón (en cuanto a frío, están empatados). Se ve que las cuarenta hojas de reclamaciones que Álvaro le ha puesto a Sabela han terminado surgiendo efecto.
Álvaro y Sabela se han liado por encima de sus posibilidades durante, aproximadamente, lo que dura la típica música de espera cuando llamas a tu teleoperadora (esa que te despierta de todas las siestas) por algún problema técnico. La luz de la tentación casi revienta en la villa de las chicas, pero Rosario estaba muy concentrada en su dramón con Suso.
Enseguida los compañeros se han percatado del festival de morros que se estaba celebrando en la cocina, la fantasía viral de cualquier partícula de coronavirus. Todos los habitantes de Villa Playa han acabado aplaudiendo y vitoreando la infidelidad de Álvaro a Rosario (la primera de la edición) como deben hacer los abogados cuando saben que se van a llevar un pellizco de la separación de sus representados al divorciarse.
"Sabela es una chavala que me da mil vueltas, que me pone nervioso de los pies a la cabeza y lo necesitaba. La atracción sexual física se tenía que desatar ya", ha expresado Álvaro, todo un poeta de la generación del 27, mientras que se veían sus imágenes comiéndose la boca con la tentadora aprovechando el chorrito de agua del jacuzzi.
El culebrón turco de Suso y Rosario: la desconfianza se instala en Villa Paraíso
Mientras tanto, en la otra villa, se ha estrenado una nueva telenovela turca protagonizada por Rosario y Suso. El club oficial de haters del tentador canario le ha asegurado a la novia de Álvaro que el chico con el que lleva tonteando prácticamente desde que se bajó del catamarán es un fantasma de manual.
Álvaro, Alberto y Sergio (tres de los figurantes que se lo están pasando teta gratis en República Dominicana) le han chivateado a Rosario que Suso, cuando llegó a la habitación después de su baño tórrido con ella, llegó contando que se habían dado besos en la comisura de los labios cuando no es verdad.
"Me siento engañada por dos. Me cuesta mucho abrirme con alguien y me entero de cosas, de repente, que no me gustan. ¿Tú te crees que soy tonta? No entiendo que sueltes en la habitación que soy la más fácil, que soy tonta...", le ha soltado Rosario a Suso, que ha acabado llorando como un niño chico por estar a punto de perder el bonus extra que le deben pagar a los tentadores por hacer que las concursantes pongan los cuernos a sus parejas.
Al final, han acabado los dos abrazados y los tres chivatillos, reventados. Rosario se ha acabado echando la culpa por haberles creído dada "su inseguridad" (el comodín de todo participante de 'La Isla de las Guarniciones'). Suso, hecho un manojo de nervios, le ha confesado a Chayo que está sintiendo cosas "de verdad" por ella: "O confías en mí o se acabó. Te lo he demostrado más que a nadie. Llegué con unas ideas y llegó Rosarito. Estoy aquí para que estés arriba", decía el canario en el punto cumbre del dramón que emocionaría hasta al mismísimo Steven Spielberg.
Ver todos los comentarios en https://www.poprosa.com
VER 0 Comentario