La Rábago llevaba varios días de bajón al no tener noticias de Carlos, su compañero de vida desde la adolescencia. Isabel lloró, pataleó y hasta exigió ante las cámaras poder hablar con su chico. Y finalmente, sus deseos se han terminado cumpliendo. La llorera que se ha pegado ha sido buena, pero la colaboradora de 'Ya es Mediodía' se ha quedado mucho más tranquila.
Isabel Rábago estaba rayádisima por lo que pudiera estar pensando su familia. Durante la gala anterior, la concursante recibió un mensajito envenenado de Lucía Pariente: "Preocúpate por lo que piensan fuera de ti", escribió la madre de la Carrillo con muy mala baba. Desde entonces, Rábago no podía parar de pensar en su marido.
Y al ponerse tan sumamente pesada, Carlos Sobera le ha otorgado el privilegio de recibir una caja con pertenencias de su churri. El marido de Isabel ha mandado a la casa de 'Secret Story' un colgante de oro que la Rábago ha cubierto de besos nada más descubrirlo. A moco tendido, la concursante valcvuceaba: "Es de mi amor, es de mi amor".
Además, los sobrinos de la colaboradora le han hecho un dibujo a su tita para subirle el ánimo, y claro, Isabel se ha puesto más contenta que nadie. Adiós al llanto y a la pena que arrastraba la Rábago, ahora está feliz como una perdiz. Según ha comentado, nunca se había separado tanto tiempo de Carlos, su maridín.
"Tienes que enfrentar esto sola sin la gente que te aconseja. Nunca me he separado de él desde que tengo 19 años. Solo quería saber si estaba bien porque a mí me da exactamente igual lo que se esté diciendo. Solo necesitaba saber que estaba bien, es lo único que me importa en la vida", ha asegurado Isabel.
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