La Pantoja no gana para disgustos, y lo peor es que la mayoría de ellos son fruto de las malas decisiones que tomó a lo largo de su vida. La tonadillera podría haber vivido como un maharajá sin necesidad de hacer trampas con Hacienda, pero su afán por la buena vida ha desembocado en una catástrofe económica similar a la que sufrió Chelito García Cortés, otra crack en eso de administrarse los euros.
Isabel Pantoja está un momento crítico en lo que respecta a su bolsillo, ese que parece tener un agujero por el que han caído los millones que ganó sobre el escenario. A los 76.000 lereles que la tonadillera debe a la quiosquera Loli Pozo, hay que sumar un nuevo embargo preventivo de 75.263,98 euros que pesa sobre Cantora, según ha publicado en exclusiva la revista Lecturas.
En 2015, la Pantoja pidió una hipoteca de 1,1 millones de euros para hacer frente a una deuda, pero en abril de 2020 dejó de responder ante la misma. Además, a través de su sociedad Pantomar S.L. mantiene una deuda de 1.295.208 euros, que también recae sobre la finca Cantora. En total, una deuda superior a 2,8 millones de euros.
Dicho embargo afectaría a la parte de Cantora que corresponde a Isabel, es decir, el 52,4 %. No obstante, la parte perteneciente a Kiko Rivera también estaría en peligro debido a la otra hipoteca que Pantoja firmó en 2002. Dicha hipoteca fue, precisamente, la que llevó a Kiko Rivera a estallar contra su madre en televisión. ¡Menudo pifostio hay aquí montao, Maricarmen!
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