Después de un 'Deluxe' o de un 'Cantora: la herencia envenenada', unas declaraciones de Irene Rosales en 'Viva la vida' son como el kebab de después de salir de fiesta: gloria bendita. Por eso, este domingo, todas las miradas estaban puestas en la mujer de Kiko Rivera y en su reacción a todo lo ocurrido en los programas del cancaneo y lo que concierne a su familia política.
Parece que por fin, a los del programa de Emma García (sustituida por Sandra Barneda tras su positivo en covid), les está saliendo rentable el sueldo que le pagan a la Rosales, y es que esta, por narices, debe dar parte de lo sucedido. Mila Ximénez no se cortó al decir sobre ella: "creo que está jugando a un doble juego que no... Aunque en directo no lo mostró, a mí me han contado que durante la publicidad no paraba de sorprenderse con los nuevos datos que iba conociendo sobre Isabel Pantoja. No está dejando en buen lugar a Kiko Rivera".
Unas palabras que estaban pidiendo a gritos una respuesta por parte de Irene Rosales igual que un vaso de agua después de haber jalado una bolsa entera de 'Ruffles jamón'. Sin embargo, la mujer de Kiko sigue sin ser adepta de la política de Santi Abascal o Trump, es decir, sigue siendo muy diplomática, y solo ha querido especificar que su papel se basa en apoyar a su marido:
“A mí nadie me va a tener que echar nada en cara, yo sé cuál es mi postura y mi postura es estar al lado de mi marido y obviamente podría despotricar a la madre de mi marido, pero no lo voy a hacer. No se me puede obligar a criticarla”, ha defendido Irene como si fuera una madre en una tutoría con el profe que ha suspendido al niño teniendo un 4,7 de media.
Pero la cosa cambia cuando se trata de los intereses de sus hijas, Ana y Carlota. La periodista, ex de Manolo Santana, contó en 'Sábado Deluxe' que Irene y Kiko "un día llevaron a las niñas para que estuviesen con su abuela, ya que ella nunca va a verlas, y cuando Kiko e Irene quisieron irse a tomar algo, Pantoja dijo que a ella no le dejaban a las niñas mientras ellos se iban por ahí. Si yo fuese ella, no hablaría así de Pantoja".
Irene, en un principio, ha querido no hablar mal de su suegra saliéndose por el comodín de 'doña Ana', es decir, diciendo que la Pantoja no quería cuidar de sus hijas porque ya tiene a alguien a su cargo (como si no tuviera a un plantel de asistentes/as que le ayudaran). Obviamente, esta respuesta no ha valido para el plantel de colaboradores pejigueros del programa (liderado por José Antonio Avilés, imaginaos) y a Irene, bajo presión, se le ha escapado un: "Quien no quiera estar con mis hijas, se lo pierde".
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