Aprovechando que el foco está puesto sobre Gerard Piqué, Iker Casillas ha hecho un movimiento que por poco pasa desapercibido. Pero no, el portero no ha tenido esa suerte. Casillas ha vendido el pisazo de soltero que compró cuando dejó atrás su vida en Oporto, y lejos de perder dinero, el tío ha sacado un beneficio de la leche.
Meses antes de separarse de Sara Carbonero, Iker se pilló un pisito en Pintor Rosales, una zona privilegiada de la capital. En concreto, compró una vivienda de 293 metros cuadrados en la que jamás llego a vivir junto a su familia. Sara y él estaban casados en separación de bienes y, desde el primero momento, tuvieron que claro que no compartirían sus chozas.
Iker compró este pisazo justo enfrente del templo Debod. Desembolsó la friolera de medio millón de euros y comenzó a reformarla a su gusto. Pintó, remodeló, decoró y amuebló. Le dio un lavado de cara desde la entrada hasta la despensa, y el resultado fue espectacular. Tanto, que Iker ha conseguido venderla por 3 millones de euros.
Entre la compra y la reforma, el jugador desembolsó alrededor de 1,5 millones, lo que quiere decir ha sacado otro millón y medio de beneficio, tal y como publica Informalia. En este momento, Iker es un poquito más rico que antes e infinitamente más rico que nosotros. ¡Enhorabuena, chato!
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