Karlos Arguiñano, el cocinero más castizo de la tele, ha visitado el programa de las hormigas para darnos una lección de las gordas. Con su cara de bonachón y esa perilla canosa de lo más enternecedora, el chef ha hablado alto y claro en el programa de Pablo Motos. Más allá de los chistes, ha querido aclarar cuál es el verdadero estado de salud de su mujer.
Desde hace un tiempo a esta parte, la salud de Luisi, esposa de Arguiñano, ha ocupado multitud de titulares en prensa. Aprovechando su visita al programa de Antena 3, el cocinero ha zanjado los rumores al aclarar que su compañera ha superado el miedo a salir a la calle: "Luisi está muy bien, está esperándome para que le prepare la cena mañana", decía entre risas.
La pandemia ha supuesto un bache importante en la vida de Arguiñano y su mujer, pero las cosas parecen ir por buen camino. Aunque no han sido meses fáciles, el cocinero ha asegurado sentirse muy satisfecho con la vida que lleva: "Soy una persona muy normal de la calle, de los que le costaba aprobar, de los últimos de la clase. Pero cuando eres un tío honrado vas saliendo adelante. Soy un tío feliz".
Además, el habitual de Antena 3 ha lanzado un mensajito envenenado al Gobierno: "¿Yo sabes a quién le daría de comer? A alguien que no ha comido. Lo más duro en esta vida es que llegue la hora de la comida y no tengas que comer. Mientras no arreglemos eso, el mundo está mandado por malos".
"Lo de los precios es algo que no llego a entender. No es que suba la luz, es que vas a la gasolinera y te meten un sablazo. Al final se van quedando con todo. Lo que no sé es por qué no ponen la cara del que pone el precio de la luz", sentenciaba.
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