Hasta que Tamara se cruzó en el camino, las revistas solo hablaban de Ana Obregón y la pequeña Ana Sandra. Era el temazo del año. La bióloga estuvo en boca de todos durante meses, pero llegó la Falcó y le arrebató su sitio. Ahora solo importa el bodorrio de la marquesa y la pobre Obregón aguanta el chaparrón desde su retiro mallorquín.
A ella le gusta mirar a cámara, sonreír, plantarse un bikini sexy y mostrar a su nieta en las revistas. Ana es una mujer de posados, de robados y de lo que haga falta. Adora estar en el candelero, ganar pasta vendiendo su vida y sentirse la protagonista indiscutible de la crónica social. Ama la popularidad y, ahora que Tamara ocupa todo el espacio mediático, se aburre como una ostra.
Ana y su hija-nieta se encuentran en Mallorca. Allí ha alquilado la actriz un casoplón para pasar el verano y allí lleva ya varias semanas. En Instagram no ha publicado nada y tampoco en las revistas. No sabemos si Obregón se ha bañado con la pequeña, si han surcado los mares en un yate o si Ana Sandra ha probado ya las ensaimadas.
No sabemos ná de ná sobre su verano, pero hay una explicación para ello. Tal y como publica Informalia, Anita quiere regresar a la primera plana en cuanto acabe el huracán Falcó. Es decir, tiene preparada una exclusiva veraniega para dentro de muy poco. El lunes, la revista del saludo publicará el macro-reportaje de Tamara y Onieva. Después, quizá la semana siguiente, será Obregón quien recupere el espacio que tanto le gusta.
Fotos: Gtres / Portada Hola
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