Gloria Camila se va de la lengua, sentencia a Ana María Aldón y deja a Ortega Cano a los pies de los caballos

Gloria Camila ha vuelto a perder los tribos. Se retiró de las redes para no caer en provocaciones innecesarias, para reflexionar, meditar y desintoxicarse de tanto cotorreo. Su objetivo no era otro que sanar su propia mente y aprender a controlar sus impulsos, pero ha vuelto a caer. Su regreso a Instagram viene acompañado de polémica, y ha sido ella la encargada de generarla. 

Al parecer, la joven recibió gran cantidad de preguntas acerca de la comunión de su hermano, el pequeño Jose María. A sus diez años, el hijo de Aldón y el torero ha pasado por el altar para recibir el santo sacramento. Una celebración importante para toda la familia a la que Gloria, muy a su pesar, no pudo acudir por cuestiones académicas.

"En cuanto tuve descanso de los exámenes que tenía el sábado, llamé a mi padre, hablé con mi hermano pequeño, le deseé mucha suerte, le dije que le quería muchísimo, estuve pendiente todo el tiempo, me mandaron videos, fotos, o sea he estado conectada, he estado presente, pero no hace falta estar en persona para quedar bien y demostrar. Hay veces que las cosa se hacen sin decir tener que decir que se hacen..." explicaba a través de Instagram.

Sin embargo, los exámenes no fueron el único motivo por el que Gloria decidió no pasar el día junto a su hermanito: "En otra circunstancias u otra situación, no me hubiese importado ir pero iba a ser muy incómodo, creo que tampoco era necesario ir a una comida en la cual, ni soy bien recibida, ni me apetecía ir y estar con 'x personas', las cuales, creo que nos han faltado al respeto, que han hecho comentarios o han contado cosas que no son ciertas", soltaba Gloriacá.

De este modo, la hija de Ortega vuelve a detonar un bombazo. No le apetecía compartir tiempo ni espacio con Ana María Aldón y tomó la decisión de no acudir al banquete. Ortega sí lo hizo, al igual que José Fernando y Marina, la mujer contratada por el torero para hacer las labores del hogar.

La pregunta es, ¿cómo se habrá tomado Ortega las últimas declaraciones de su niña? ¿Le habrá regañado por abrir un nuevo melón? A juzgar por la actitud del diestro en los últimos tiempos, todo apunta a que sí. Ortega no quiere saber nada de  cámaras, prensa, ni titulares. Tan solo desea vivir en paz alejado de los focos, pero su hija lo complica todo con sus salidas de tono.