Después de un buen finde de atiborrarse no hay nada que pueda joder más nuestro comienzo de dieta semanal del lunes que la emisión del programa que nos abre el apetito a altas horas de la madrugada, que es precisamente cuando más nos engordan las delicatesens envasadas que presiden nuestra despensa.
'Masterchef Celebrity 6' ha vuelto este lunes a nuestros televisores y solo debo decir una cosa... Hay un poco de cocina en este concierto de improvisación de tres horacas de Arkano en el prime time de TVE. Si queréis cogeros un buen cebollón, chupitazo cada vez que cante, hacedme caso.
Victoria Abril y Verónica Forqué se han pillado un blablacar de divas hasta Aranjuez como las capitanas de la prueba de exterior por ser las mejores cocinillas en el inicio de este segundo programa del talent culinario. La hater almodovariana confesa tuvo la oportunidad de elegir a su equipo del tirón como premio por haber sido la ganadora de la prueba de los cinco euros mientras que a la Yerbas de la no ficción le ha tocado lidiar con la pandi de famosos retales, sobre los que ha ejercido su tiranía.
Ambas capitanas han tenido que elegir a un compañero/a para que vistiera el delantal negro incluso antes de que los cien comensales cantantes (entre ellos Ana Guerra y Abraham Mateo) probaran ni siquiera el menú preparado.
La peor versión de Verónica Forqué, que parecía una tirana de manual que se había tragado al Demonio de Tazmania, cuatro litros de Redbull y que le había poseído la madre de Aída Nizar con voz de Manolo, ha condenado al más absoluto silencio a Eduardo Navarrete mientras que Victoria Abril ha sido tan generosa que ha decidido inmolarse ella misma para evitar que ninguno de los famosos que ha elegido a dedo se la jugara en la prueba de eliminación.
'Ola k ase' con el WhatsApp en la prueba de largarse
El heroico gesto de Victoria Abril de salvar a su grupo de la eliminación ha sido completamente interruptus, como la carrera televisiva de Ylenia Padilla. El equipo que ella misma llevó a lo más alto (literalmente, a la terracita de la parte de arriba del plató) la ha salvado de la prueba de expulsión. Y lo mejor no ha sido garantizarse una semana más en el talent culinario, sino que el armario empotrado con piernas sandungueras y ritmo latino llamado Yotuel la ha cogido en volandas.
La diva hispano-franchute ha tenido la oportunidad de salvar a otro de los componentes del equipo rojo que lucía el delantal negro que, por mucho que estilice el figurín, es una putada llevar. Abril ha decidido asegurar la continuidad de Vanesa Romero una vez más en el programa alegando que la ve "la más flojita" de la edición, librándola de cocinar un superplato elaborado por los tres últimos ganadores de 'Masterchef': Aleix, Ana Iglesias y Arnau.
Por primera vez en la historia del concurso de cocina, los aspirantes a la eliminación (Samantha Hudson, Miki Nadal, Eduardo Navarrete, Iván Díaz, Verónica Forqué y Arkano) han tenido la oportunidad de usar sus propios teléfonos móviles para tener acceso a la lista de la compra y seguir la receta a elaborar en 45 minutos a través de un código QR, la nueva perdición de los que se creen del intelecto tecnológico del amigo informático de Kim Possible.
Los mejores aspirantes en cocinar la royal de liebre con trufa que han elaborado los tres exvencedores alardeando de postureo cocinitas para esta prueba de eliminación (cuando el auténtico Royal es el de las gelatinas) han sido Miki Nadal, que por fin demuestra que ha estado en clases con Dabiz Muñoz, su cuadernillo Rubio culinario; y Verónica Forqué, que lo ha bordado con las nuevas tecnologías a pesar de haber reconocido no ver tres en un pijo cada vez que escanea los códigos QR de las cartas de los restaurantes (me representa).
Arkano e Iván también han sacado dos platos decentes, nada que ver con los de "las rubias" Eduardo Navarrete y Samantha Hudson, las autoproclamadas Lina Morgan y Gracita Morales de la edición. Finalmente, a la icono LGTBI+ los jueces le han dejado ser catastrofista convirtiéndola en la segunda expulsada de 'Masterchef Celebrity 6':
"Cocinera no sé, pero majísima y estupenda sí que soy", decía demostrando tener mucho sentido del humor la influencer al conocer el veredicto final de los chefs.
La filosofía de Samantha se queda para siempre en las cocinas de 'Masterchef'
La cabeza de Samantha estaba más vacía de conocimientos que la agenda laboral de Fernando Esteso en estos momentos, las cosas como son. Ella misma ha reconocido que ha sido un cuadro picassiano entre tanto intento de cocinillas, pero eso no ha quitado que la performer haya vivido una gran experiencia en las cocinas de 'Masterchef': "Hija, me ha podido la situación. Venía dispuesta a hacerlo muy mal", comenzaba diciendo esta gran filósofa del siglo XXI.
"Es más duro de lo que me lo imaginaba. Yo lo veía y pensaba 'madre mía esta sinvergüenza cómo se le olvida poner la olla express' y claro, ahora llego aquí y no sé ni hacer un apio... Madre mía, la gente que dedica muchísimo tiempo en estudiar y aún así suspende, qué horror. Lo que pasa que yo no me he esforzado ni en estudiar", ha continuado demostrando tener más morro que la liebre que le han mandado a cocinar que, en su caso, más que Royal ha sido (Luis) Rollán.
Los jueces se han empeñado en afear la actitud "catastrofista" de Samantha, un papel en el que ella se siente como pez en el agua: "Soy objetiva, sé que soy una catástrofe, pero por lo menos llevo un buen tinte. Yo no quiero tener talento ni nada, quiero ser mediocre, creo que no es mucho pedir", ha concluido la cantante su entrevista con Pepe antes de recibir un azote en el culo por parte del cocinero (literal) y llevarse el carrito lleno de electrodomésticos y una pamela de señora burguesa para su casa.
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