Telecinco ha demostrado ser experta en crear todo un evento histórico en torno a su programación, la utopía de la famosa 'Superliga'. Era inevitable no tener los pelos de todo el cuerpo como escarpias (los de la cabeza como el marido de la Pedroche) al ver cómo entraba Rociíto en el plató con esa versión de 'Como Alas al Viento' cantada por Blas Cantó y su posterior 'Yo sí te creo' como banda sonora.
La cúpula de 'La Fábrica de la Tele', productora que ha llevado a cabo toda la docuserie de Rocío Carrasco y su entrevista en directo de ayer, consiguió anoche reunir a un 32,5% de la audiencia y 3.019.000 espectadores. Un testimonio de oro en vivo como este merecía obtener el minuto de oro con un 48% y cerca de los 5 millones (4.940.000) de espectadores.
Sin embargo, la entrevista no fue lo que la audiencia esperaba. Igual no hacía falta traer a Rocío Carrasco con su dolor y su carpeta roja, con su emoción y su testimonio para que sólo hablaran los mismos, para que María Patiño increpara a Fidel con saña o para que Jorge Javier Vázquez hiciera las reflexiones en voz alta que podría haber emplazado para una de las setecientas mil horas de televisión que ya ocupa.
Esa es mi opinión, pero también la de muchos espectadores que estuvieron siguiendo el programa a través de Twitter. Y es que más que 'Rocío en plató', eso parecía 'Pánico en el plató'... Faltaba Juan y Medio y la pandi de amigos comentando la jugada por detrás...
"Demasiadas voces para una historia que solo requiere de una", decía el crítico de televisión David Vidal de 'El Televisero' en su cuenta personal. Muchos coinciden en que el testimonio de Rocío Carrasco y la entrevista se desvirtuó en un debate innecesario sobre cuestiones superfluas de su desgarrador relato, sin orden, sin pies ni cabeza y con 28 colaboradores esperando hasta las tres de la mañana para hacer una intervención que nunca llegó.
Debe ser muy triste que, siendo tertuliano telecinquero y teniendo la ocasión de tu vida para hablar con Rocío Carrasco, te sustituyan en escaleta por un vídeo de Paulina Rubio expresándole a la hija de la Jurado las ganas que tiene de emborracharse con ella en las playas de Miami. ¡Ni una sola palabra en contra de este momentazo a las dos de la mañana, cuando la cantante está más fresca (aunque era grabado)!
Tan solo intervinieron las primas de Rocío, Fidel Albiac, Fayna Bethencourt, Yolanda Ramos, Pablo Nieto (hijo de Ángel Nieto), Rosa Villacastín (que, para la pregunta que hizo, mejor que no hubiera entrado), la psicóloga de cabecera del programa y Sonsoles Ónega en su particular versión de 'Ya es Medianoche' de las 28 personas que, supuestamente, iban a interactuar con Rociíto.
Todo un alivio por otra parte, sobre todo teniendo en cuenta que Makoke, el omnipresente Kiko Matamoros, Isabel Rábago y Pilar Rahola estaban entre los seleccionados para estar en el banquillo del 'por si da tiempo' en esta entrevista de 5 horas, que fue infumable al nivel de un concierto completo del cantante de 'La Ruleta de la Suerte'.
A Rocío Carrasco no se la veía muy cómoda en muchos puntos de la entrevista. De hecho, fue ella la que repitió varias veces con hartazgo unos "otra vez volvemos a lo mismo", muy recurrentes cuando, lejos de poner el foco en "la monstruosa obra maestra de Antonio David Flores que casi acaba con su vida", los colaboradores se centraron en temas periféricos como el porqué su hija esto y porqué su hija lo otro o las declaraciones de Rosa Benito.
Muchos son de la opinión que este resultado difuminado del verdadero leitmotiv de la entrevista en directo de Rocío Carrasco es lo que precisamente pretendía Antonio David Flores con el llamamiento de su hija el pasado miércoles en 'El Programa de Ana Rosa': desviar el foco hacia su figura como el presunto maltratador para centrar el debate en porqué madre e hija no tienen relación.
Rocío, de hecho, se vio obligada a recapitular el último día que vio a su hija, el 27 de junio de 2012. Contó con pelos (los de la media cabeza que no tiene rapada) y señales la paliza que le propinó Ro Flores con 15 años por la que acabó en el hospital con un parte de lesiones de lo más preocupante:
"Si no cuento esto, no puedo decir lo monstruoso que es su padre. Convertir en esto a su hija es su obra maestra para conseguir terminar de matarme, por eso cuento este episodio. Sin él, me es imposible hacer un relato de lo que es dicha persona", llegó a declarar insistiendo en que su hija, "antes de ser verdugo, también fue víctima" de la manipulación constante de Antonio David Flores.
En conclusión, Telecinco perdió una gran oportunidad de poner los puntos sobre los AntonioDavíes y hablar claro, frente a un gran porcentaje de la porcentaje de la población, sobre una de las grandes lacras de nuestra sociedad: la violencia de género.
Un ejercicio de aunar entretenimiento (por lo que enciendes el televisor) y concienciación social (cómo lo podríamos haber apagado a las tres de la mañana al acabar la entrevista) totalmente desaprovechado por intentar convertir la visita de Rocío Carrasco en un "Sábado Deluxe disfrazado de sobriedad", con JorgeJa al frente y Carlota Corredera relegada a un segundo plano, más propio de una azafata de 'El Precio Justo' que de una periodista que podría haber conducido la tertulia por el lugar adecuado.
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