Rocío Flores es, en este preciso instate, un claro reflejo de la sociedad española. Llega septiembre y toca volver al curro. Se acabaron las tardes de piscina, las noches de copeo y las verbenas de pueblo. Adiós a los festivales, a los paseos en barco de nuestros famosetes y a los chiringuitos de lujo en Formentera. Se acabó lo bueno, pero la hija de Rocío Carrasco ha encontrado la fórmula perfecta para superar la depresión post-vacacional.
Aunque suele cumplir con una alimentación sana y equilibrada, Ro Flores ha mandado a freír espárragos a su nutricionista con un objetivo claro: asumir que ha llegado septiembre. Es duro, pero real. El verano ha pasado y la rutina vuelve a instalarse en nuestras vidas. Rocío Flores, abatida y en pleno proceso de asimilación, ha querido pegarse un buen homenaje antes de dar por finalizado su veranito.
La hija de AntonioDá ha pasado por un conocido supermercado y, sin pensarlo dos veces, ha llenado su carrito de guarrerías varias. Kit Kat, tabletas de chocolate a tutiplén, un bote de helado en tamaño XXL, conguitos y un sin fin de 'snacks' de lo más insanos han ido a parar al estómago de Rocío, y así lo ha mostrado a través de Instagram. De este modo, podemos confirmar que la hija de la Carrasco tiene los mismos antojos que cualquier otro ser humano.
¿Existe mejor manera de paliar la resaca emocional del verano? ¿Es Rocío Flores la única que se hincha a porquerías cada vez que cambia de estación? ¿O lo habrá heredado del mismísimo AntonioDá? En cualquier caso, esperemos que los casi 800.000 seguidores que acumula en la red social de la camarita no sigan sus grasientos pasos.
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