La curiosa experiencia de Toñi Salazar en Tinder (y por qué rechazó a un chico que, aparentemente, era todo un caballero)

Si pedimos que levante la mano aquel o aquella que no tenga Tinder, Grindr o Finder instalado en el móvil, seguro que solo vemos uno o dos brazos moverse. Como mucho. Porque las tecnologías nos han cambiado. Eso de ligar en una discoteca, con un cubata en la mano, es cosa del pasado. Y por razones obvias.

Ayer Encarna y Toñi Salazar, las Azúcar Moreno, estuvieron por Canal Sur de visita en 'El show de Bertín'. Y el programa dio para una conversación larga y tendida sobre el amor, los hombres y las aplicaciones.

Y aunque ninguna (ni Bertín Osborne) saben a ciencia cierta cómo se llama la aplicación (si Kinder, Tender o Kender), la Toñi sí que se anima a confesar que ella una vez la usó: "A mí mi nuera me dijo: 'Toñi, tú estás muy sola, tienes que buscarte un hombre'. Y entonces yo le dije: a ver, no es que lo necesite, pero de vez en cuando un meneíllo está bien", explicaba.

Pero la cosa no salió muy bien porque nuestra Toñi es muy "exigente". Para crearse un perfil, lo primero era elegir una buena foto. Ella se la puso "de espaldas, porque yo no quiero que me reconozcan. Que yo la espalda la tengo muy bonita".

Tu cara cuando te envían una foto-pene.

Llegados al match, al momento en que establece conversación con una persona, Toñi cree que hay una pregunta que no puede faltar para evitar confusiones tontas: "Yo cuando comencé a ronear, lo primero que pregunté es: '¿Te gustan los chicos o te gustan las chicas?'. Yo soy directa: ¿a ti qué te gusta, la carne o el pescado?".

"Que ahora ya también me estoy liando yo con la carne y el pescado. Porque, ¿qué es la carne y qué es el pescado? Entonces me dijo: 'A mí me gusta la carne'. Pero, ¿qué es la carne? Eso es lo que no entiendo muy bien", le comentaba a Bertín. Y menos mal que el Osborne le paró los pies, porque capaz era la Salazar de metérsenos en una disertación filosófica sobre carnes y pescados, boniatos y bananas, lechugas y nabos.

Pero aquí llega una advertencia: "Cuidado, que hay gente muy rara". Y otra advertencia que va aún más allá: las imágenes. Que en la foto de perfil todo el mundo parece a Scarlett Johansson, pero en la vida real tiran más a un Kiko Matamoros de after.

"Yo vi una foto y digo: 'Oye, qué guapo'. Pero luego cuando ya te habla y te manda la de verdad... ¿Cómo? No, hijo, no", contaba la Toñi sobre su propia experiencia. Y no únicamente se había llevado esta clase de sustos. Porque también se animó a contar una experiencia propia.

"Yo una vez fui a cenar con un chaval. En la cena maravilloso, me abre la puerta del coche... Todo. Ahora vamos a un garito y se pone a bailar como si no hubiera un mañana. Y yo digo: '¿Qué te ha pasado? ¿Qué te has comido?'", desvelaba. Porque, al parecer, los que se animan a bailar el chuminero en mitad de la noche no son del agrado de Toñi.

"A mí me gustan directos, déjate de tonterías: ¿Tú qué quieres? ¿Traca-traca? Pues traca-traca", acaba dejando clarito. Para que nadie se pierda. Y eso del Tinder ya no lo usa mucho, pero si quieren hacerle una propuesta pueden enviar su petición al apartado de correos 854623. Eso sí, si tienen pensado llevarla a bailar, no hace falta que envíen nada.

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