Señoras y señores, una de las muchas personas que ha pasado por 'First Dates' a lo largo de su historia ha revelado el mayor de los secretos. Atisú, una soltera de origen iraní empadronada en Galicia, ha confesado cuál es el deporte más común entre los divorciados. Y no, la muchacha no ha realizado ningún estudio científico para averiguarlo. Ha sido su sexto sentido, ese que desarrolló para intentar conquistar a algún chavalote, el que le ha brindado la respuesta correcta.
Todo comenzaba con la llegada de José Ramón al restaurante de Carlos Sobera. Conocido como 'Txerra' por sus colegas, Joserra se colaba en el programa de citas con el único objetivo de enamorarse de nuevo. Divorciado desde hace 12 años y aficionado al deporte que desvelaré más adelante, 'Txerra' aterrizaba en 'First Dates' con la ilusión de encontrar a su media naranja, pero encontró a su medio limón. Y escocía.
Atisú entraba por la puerta y 'Txerra', con gesto nervioso, la observaba mientras decía para sí mismo: "¡Bingo, está buena!". Ella, sin embargo, no pensó lo mismo al conocer al hombre que, por desgracia, le acompañaría durante toda la velada. No le gustó Joserra. Le pareció cargante, insistente, incansable a la hora de abrir el pico. Tuvo claro desde el primer momento que aquel maromo no era para ella, pero puestos a jugar, se dignó a cenar con él.
Comenzó la cena y era él quién hacía las preguntas. Demasiadas. Todo el rato. Sin filtro ni medida. Atisú estaba hasta el 'toto' de tanto cotorreo y se lanzó a compartir cuál es su 'hobbie' favorito: las artes marciales. 'Txerra', sorprendido a la par que embelesado, contestó: "Yo hago triatlón". Y entonces, justo en ese momento, ella soltó el comentario que nadie imaginaba: "Es el deporte de los divorciados".
José Ramón se lo tomó con humor y ambos esbozaron una sonrisa, pero más allá de eso, lo cierto es que Atisú hico el mayor descubrimiento de los últimos años: el triatlón es el deporte oficial de los divorciados. Esos que pasan el día sudando para mantener su tipín y lo mismo les da nadar, pedalear o hacer el camino a San Fernando, un ratito a pie y otro caminando.
Y no, Joserra no consiguió una segunda cita, pero al menos regresó a su casa sabiendo que el triatlón fue diseñado por y para divorciados, o al menos así lo asegura nuestra querida Atisú. ¡Já!
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