Lo conocimos cuando Netflix estrenó 'Élite'. Por aquel el entonces, Álvaro Rico no era más que un adolescente con ganas de comerse el mundo. No tenía barba, ni músculos y mucho menos pelo en el pecho. Era un niño guapete que, por exigencias del guion, se enrollaba con la que después de convertiría en una de las mujeres más bellas de las faz de la tierra: Ester Expósito.
Quién podía imaginar que aquella primera temporada de 'Élite' daría para tanto. Fue un 'boom' a nivel internacional, los actores se dieron a conocer en cada rincón del planeta y sus seguidores en Instagram comenzaron a subir como la espuma. De la noche a la mañana, una cuadrilla de jovenzuelos sin demasiada experiencia frente a las cámaras se convertían en los rostros más populares entre el público adolescente.
Álvaro Rico era uno de ellos, pero nada queda de aquel muchachín con voz de pito. Ahora, Rico tiene 26 tacos, luce barbita de tres días y tiene unos músculos que ni el propio Chris Hemsworth. El tío adora sufear, se mata a diario en el gimnasio y no duda en mostrar los resultados a través de Instagram.
Sin duda alguna, el cambio de Álvaro es más que evidente. Ahora es un tío fornido, de pectoral trabajado y tableta de infarto. Por el momento, no se le conoce pareja. Él tan solo comparte su vida con sus dos amores: las mancuernas que levanta cada mañana para mantener su tipazo.
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