Rocío Flores ha vuelto a abrir el pico. Tras varios meses alejada de la televisión, la hija de la Carrasco ha visitado Madrid para estar junto a su adorada Gloria Camila. Ha sido allí, en la capital, donde no ha podido esquivar las preguntas de los reporteros.
Lo último que sabíamos de Rocío es que quiso renovar por 'El Programa de Ana Rosa' y una mano negra impidió que aquello sucediese. Fue Agustín Ettiene, el churri de Olga, quien se encargó de manejar los hilos para que la hija de AntonioDá no pudiera volver a sentarse en aquel plató.
Rocío se enteró, mandó a freír churros al que fuera su representante y le quitó la palabra a Olga Moreno, la mujer a la que tanto veneró durante los últimos años. Eran uña y carne, hasta ahora. Ni siquiera se dirigen la mirada y, a juzgar por las últimas declaraciones de Rocío, la cosa no tiene arreglo.
En este momento, Ro Flores está más cerca que nunca de su padre. Se cabreó con él cuando descubrió lo que tenía con Marta Riesco, pero aquello ya es pasado. Ahora los tres se llevan a las mil maravillas e incluso salen juntos de copichuelas. Olga, sin embargo, es inexistente para Rocío.
"Si alguien se ha partido la cara, literalmente, por ella, durante un año y medio, tanto públicamente como de forma privada, he sido yo... Las personas que me han estado cuestionando creo que han sido poco generosas pero no pasa nada", decía la novieta de Manuel Bedmar ante la prensa.
Es decir, no hay esperanza para una reconciliación. Cada una ha tomado su rumbo, y aunque David siga apegado a Moreno, Rocío parece tener claro que el distanciamiento con la ex de su padre va para largo.
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