Susana Molina se dio a conocer en 'Gran Hermano 14'. Una jovencísima andaluza se colaba entonces en la casa más famosa de la tele, y tras su tonteo con los gemelos sexys de la edición, resultó ganadora y se llevó el maletín. Ahí comenzó su andadura en la el mundillo Telecinquero, después se mudó a la redes sociales y ahora gana verdaderos pastizales como 'influencer'.
Molina es una mujer de de éxito, pero nada le ha caído del cielo. Sí, tuvo suerte en aquel casting, pero fue su personalidad la que conquistó al publico y la que después supo rentabilizar en Instagram. Una personalidad que está marcada, tal y como ha explicado, por las penurias que soportó en el pasado.
Al parecer, la familia de la instagramer no gozaba de lujos ni privilegios, lo que obligó a Susana a buscarse la vida desde que era una cría: "Trabajo desde una edad en la que ni siquiera era legal trabajar y he trabajado en trabajos de todo tipo" comentaba a través de sus redes.
"Trabajaba al mismo tiempo que estudiaba en la Universidad para poder sacarme la carrera. Me metí en una tienda ropa en la que cobraba 890 euros por 40 horas, supuestamente, porque al final siempre hacía 50 porque no sabía estar parada y porque quería conocer gente en Sevilla, que era la ciudad a la que me había mudado, y así por lo menos conocía a chicas", explica Susana.
Con este mensaje, la 'influencer' pretende frenar los cientos de comentarios que recibe a diario acerca de su actividad laboral: "No quiero justificarme, pero he leído comentarios...", comenzaba diciendo antes de explicarse.
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