Alessandro Lequio, convencido de que Tamara e Íñigo "no han consumado", les manda hacer "tracatrá"

Tamara e Íñigo. Íñigo y Tamara. Esa pareja imposible que al final lo hizo. Los tortolitos que demostraron al mundo que el amor todo lo puede. El hombre que logró reconquistar a la marquesa gracias a la fe. La mujer que creyó en el perdón y logró limpiar de rencor su corazón para amar de nuevo al fiestero empedernido. Todo eso son Tamy y Onieva, y precisamente por eso, cada mañana ocupan las principales tertulias en televisión.

Ana Rosa, Susanna Griso o Joaquín Prat pronuncian sus nombres cada día. Desde hace meses, no hay escaleta en la que no aparezcan ellos. Es casi enfermizo, pero a los recién casados les viene de perlas. En este momento, disfrutan de su luna de miel africana pagada con el dinerete facturado a través de su exclusiva. Todo parece de color de rosa en el matrimonio, sin embargo, Alessandro Lequio no cree que exista pasión entre ambos.

"No puedes recién casada calificar a tu marido de roommate. En ningún momento habla de pasión", comentaba el colaborador en pleno directo tras leer las últimas declaraciones de la Falcó.

"Entre la cursilería de él y la poca pasión de ella, es un matrimonio que no sé qué decirte, sinceramente... No puedes calificar a tu pareja como un roommate, como un compañero de piso, de la universidad. Ya lo dije la semana pasada. Sigo convencido de que se fueron de luna de miel sin haber consumado el matrimonio. ¡Aquí lo que tienen que hacer es el tracatrá!", decía entre risas.

De este modo, el ex de la Obregón vuelve a dejarnos claro que el matrimonio Onieva-Falcó no le hace demasiada gracia. Tamara no es precisamente la niña de sus ojos, y a Onieva lo tiene entre ceja y ceja. "La sensación que tengo es que la familia Onieva está irritada porque se ha descubierto que les iban a prestar joyas", decía la pasada semana, cuando salió a la luz el atraco a la joyería amiga de la familia del novio.

Fotos: Gtres / Hola