¡Arriba las coronas! Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock ya son marido y mujer, aún no hemos tenido boda con vestido de novia blanco, pero como ya han contraído matrimonio civil toca celebrar semejante acontecimiento. Además, dado que sólo los más cercanos estuvieron en el enlace, también hay que invitar a una copichuela a los que se han desplazado, que no hay que ser descorteses.
Por ello, después de la boda propiamente dicha, los novios y demás familias reales, representantes oficiales, así como alguna que otro infiltrado se han ido de cócktel en Mónaco con concierto incluido del francés Jean-Michel Jarre. Tampoco es que se haya demorado mucho, apenas un par de horas o poco más, pero es que mañana se presenta un día muy largo, que hay que volver a ponerse el vestido, los tacones y caminar por la alfombra roja acompañando de nuevo a los novios al altar.
Claro, que ya que estamos, veamos alguna de las caras que estarán también mañana que se encuentran en esa pedazo lista de invitados.
Para empezar, desde luego hay que decir que Charlene mejoró bastante quitándose la chaqueta porque con ella estaba horrible, pero ahora viendo el vestido, solamente, como que la cosa cambia y está guapa, mucho más que antes. Por cierto, el príncipe llegaba como muy marchoso, ¿no?
Representación española… ¿perdona?
Vamos a comenzar este repaso dando un poco de caña al asunto que parece que se nos pone ñoño de tanta realeza y tanta sangre azul, que me dan ganas de pintarme los brazos con un bolígrafo para parecerme a ellos. Claro que aquí unos son más “puros” que otros. Y es que si bien sabíamos que la por nuestra parte no iba a ir ningún representante de casa real por eso de seguir el protocolo al pie de la letra (que bien nos lo saltamos cuando queremos y no miro ni señalo a nadie... zzz…), pero quizá eso de que vayan como tales Luis Alfonso de Borbón y su mujer Margaritas Vargas como que me parece la leche. Ya puestos mejor mandamos a su mamá, la nietísima, al menos nos asegura unos bailes a pie de pista… Me meo toa.
Si la novia no va de blanco, que vayan las princesas
Ahora seguimos con la realeza propiamente dicha y lo hacemos con una de mis favoritas, Máxima de Holanda y su marido el príncipe Guillermo que como siempre aparecieron sonrientes hasta la médula. Ella guapísima de blanco con un estilazo tremendo, me encanta, estoy deseando ver qué lleva mañana porque siempre suele ir impecable (basta que lo diga para que no se cumpla, soy así de gafe…).
He aquí a los príncipes de Noruega, Haakon y Mette Marit que también escogió el blanco aunque no le llega a Máxima ni de broma, además a diferencia de la de Holanda, esta de Noruega es de las que siempre tiene una de esas sonrisas que parece que te va a sacar los ojos con cucharillas de helado, para mí que es familia del Señor Burns, no puedo evitar la relación siempre que la veo. De todas formas, ahí tenemos al matrimonio como mínimo recién llegados de la Costa Azul porque vaya colorcito, vaya morenito, estos de sangre azul no pierden el tiempo para irse de vacaciones porque no creo que por Noruega se pille tanto bronce.
De rojo y marcando estilo
Toca el turno de los príncipes de Dinamarca, Federico y Mary Donaldson donde a ella la pudimos ver de rojo coral, muy sencilla, pero monísima de la muerte, otra que tengo muchísimas ganas de ver mañana porque es de las que no suele fallar en este tipo de citas.
Las jóvenes promesas de la familia Grimaldi
Y para terminar este especial tan real hay que hablar de ellos porque estaba deseando verlos. Andrea y Carlota Cashiragui las grandes promesas de la familia monaguesca aunque con sangre muy fiestera sobre todo en él, que cada vez que se viene a Ibiza la lía pardísima. Ella es que es monísima, más divi imposible, estoy segura que mañana va a ser una de las grandes estrellas de la boda, sin duda.
Desde luego a los que más he echado de menos, además de a los patrios, ha sido a los representantes ingleses, pero es que Guillermo y Catalina ahora están en Canadá, veremos a ver si están listos para mañana, porque, sin duda, van a ser también de los que más flashes acaparen.
Y ahora todo el mundo a dormir que mañana hay que tener buena cara para enfrentarse a lo que está por venir. Poproseros si pensabais que os habíais desintoxicado de la boda real británica, tranquilos que aquí llegamos nosotros de nuevo para exprimir al máximo esta monegasca. Si es que somos un primor.
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