La verdad sobre la visita de Juan Carlos: Urdangarin, negocios ocultos y millones en juego

Don Juan Carlos ya no pisa suelo español. Tras una semana en nuestro país, ha puesto rumbo al lugar en el que también reside su nieto: Abu Dabi. El exilio continúa para ambos. En Zarzuela quieren bien lejos a abuelo y nieto. Por el bien de la Corona, Froilán y su yayo deberán mantenerse a miles de kilómetros. Es una orden directa y, le pese a quien le pese, hay que acatarla.

En cualquier caso, todo parece indicar que Juan Carlos y su nieto favorito no lo pasan mal en tierras árabes. Almuerzan a diario en amor y compañía, y 'Pipe', tal y como aseguraron en Focus, se siente agradecido de poder pasar tiempo con su adorado abuelo.

En cualquier caso, está claro que el emérito necesitaba visitar España por un motivo u otro. Se dijo que su única intención era navegar en el Bribón y ponerse tibio a percebes, pero no es la realidad. El verdadero motivo de su viaje acaba de salir a la luz, y no tiene nada que ver con el mar, con los colegas ni con el marisco.

Al parecer, el emérito visitó España para dejar bien atada su herencia. "Ni a Londres fue a ver a Carlos III al Real Madrid, ni a Sanxenxo a las regatas, ni a Vitoria a verse con dos médicos. Viene a liquidar asuntos económicos en todos los casos", aseguran desde Vozpópuli.

"A Galicia ha venido a eso. Se ha pasado todos los días firmando papeles. También ha llegado a un acuerdo con un testaferro catalán. En Sanxenxo apenas ha navegado tres horas para que los periodistas tuvieran la foto", escribe el portal Informalia

Pero la cosa no queda aquí. Juan Carlos, además de propiedades y negocios secretos, tiene un grave problema que también ha intentado solucionar: se trata del Caso Urdangarin. El todavía marido de doña Cristina pide un auténtico pastizal por cerrar el pico para siempre, y el padre de Felipe podría haber negociado su silencio.

"Juan Carlos I es consciente de la información que tiene su antiguo yerno, y no quiere que sea utilizada no ya para dañarle a él, sino a la actual Casa Real y a la jefatura de Estado de Felipe VI. Este viaje, desde el primer día, no ha sido de placer, sino de negocios. Y esta parada también tenía ese objetivo", cuenta alguien al medio citado anteriormente.