La infanta Cristina es una mujer nueva. Atrás quedó la tristeza, el llanto desconsolado y la desesperación por entender la infidelidad de Iñaki. El hombre al que amó ya no ocupa sus pensamientos las 24 horas del día. Está obligada a tratar con él por el bien de sus cuatro retoños y consigue hacerlo desde la cordialidad. En este momento, la infanta resurge de sus cenizas y vuelve a sonreir.
Dos años han pasado desde que Iñaki y Armentia aprecieron de la mano en la portada de una revista. Aquel día quedará grabado para siempre en la memoria de la infanta. Jamás podrá borrarlo de sus pensamientos, pero sí podrá pasar página. De hecho, está en ello. Ahora sale, se relaciona, visita a su familia y aplaude a su hijo pablo desde la grada.
Ayer, la hija de don Juan Carlos se plantó en Barcelona para contemplar el último partido de Pablete. Desde la primera fila y atenta a cualquier movimiento de su retoño, la infanta no perdió detalle de lo que sucedía en la pista. Finalmente, el Granollers vención contra el Barcelona. Es decir, Pablo y sus compañeros se hicieron con la victoria.
Entre el público tambiéne estuvieron Johanna y su madre. Es decir, la suegra de Pablo Urdangarin. No se sentaron cerca de doña Cristina pero la relación entre ellas es buena. Tal y como publica Semana, puede que evitasen el contacto en público al saber que las cámaras grababan, pero en la intimidad se llevan a las mil maravillas.
Fotos: Gtres
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