Se acabó el infierno para la pequeña de la casa. Tras una vida sufriendo los estrictos menús de doña Letizia, Sofía dirá a adiós al pan integral y podrá sustituirlo por un buen bocata de bacon y queso. Si así lo desea, podrá hincharse a hamburguesas, beber refrescos y hasta probará la tarta de chocolate tantas veces como quiera, algo que en Zarzuela es delito de cárcel.
En palacio se cumplen las normar de la Leti. No hay opción ni reproche que valga. La reina organiza las comidas cada día del año y, por supuesto, las chuches están terminantemente prohibidas. Traficar con gominolas en Zarzuela es, incluso, más grave que hacerlo con hachís en la Línea de la Concepción.
Sofía, harta de sufrir semejante dictadura alimenticia, se marcha a Gales y podrá ingerir calorías hasta perder el conocimiento. Tal y como publica Informalia, en el centro escolar hay todo tipo de alimentos. Es posible desyunar huevos con bacon, tortitas, aguacats, alubias, bollería de todo tipo o fruta. Todo está permitido en el UWC Atlantic College.
La cantina del internado ofrece a los estudiantes los platos típicos de Inglaterra, y también comida internacional. Se trata de una fusión gastronómica que trata de contentar al alumnado que llega de cualquier punto del planeta. Todos pueden ponerse las botas sin queja alguna, y Sofía será una de ellas.
Además, se dice que Letizia no meterá mano en el menú como sí hizo en el colegio de Madrid. Sus hijas deben aprender a volar solas, y si una sobredósis de perritos calientes les causa una vomitona pasajera, deberán superarlo como adultas. Mamá estará ahí para aconsejarlas, pero ya no podrá obligarlas a comer brotes verdes a todas horas.
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