Pablo Urdangarín es el 'musculitos' oficial de Corona española. A diferencia de su primo Froilán, cuyo único deporte es el de levantar la copa cuando suena el estribillo del temazo de turno, el hijo de Iñaki y doña Cristina cultiva su físico cada día de su vida. Pretende labrarse un futuro en el mundo del deporte, y si para ello tiene que hacerse un Rafa Mora y matarse en el gimnasio, lo hará.
Cuando salieron a la luz las primeras fotos de Iñaki junto a Ainhoa Armentia, Pablo se retrató ante toda España como un auténtico héroe. Dio la cara por su familia, contestó con educación a la prensa y nos regaló la mejor de sus sonrisas. En aquel momento, el país al completo descubrió al nuevo pibón de España: Pablete Urdangarín.
El deportista nos conquistó a todos con su buena educación y, desde entonces, cualquiera de sus movimientos es de interés nacional. Hace unos días, justo antes de viajar hasta Atenas junto a su familia, Pablo visitó un centro comercial para comprarse el traje con el que acudiría al funeral de Constantino de Grecia.
Al parecer, el muchacho mete tanta caña en el 'gym' que se ha quedado sin fondo de armario. Cualquier americana es estrecha para semejante espalda, y las camisas que vestía hace un par de años le quedan raquíticas. Su cambio físico es evidente, y como es un tío formal, decidió gastarse las perras en un modelito de Massimo Dutti y acudir al funeral bien vestido.
Tal y como publica Vanitatis, durante su tarde de compras hubo varias fans que le pidieron una foto, y Pablo accedió encantado. Algo muy distinto es lo que acostumbran a hacer Victoria Federica o su hermano Froilán, que huyen de las cámaras como si fueran a moderles.
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