Le relación de Pablo y Johanna va viento en popa y a toda vela. Desde hace algo más de un año y medio, los tortolitos lo comparten todo. Se ven a diario, hablan de sus cosas, se besan en plena calle y también encuentran la intimidad que necesitan en casa ella. O mejor dicho, en casa de los padres de ella. Los Zott, propietarios de una buena casa en Pedralbes, tienen las puertas abiertas para Pablo.
El hijo de doña Cristina se lleva a las mil maravillas con sus suegros. De manera habitual, Pablete acude al domicilio familiar de su chica e incluso duerme allí en ocasiones. Sí, junto a Johanna. Y sí, sin estar casados. Pablete es un tío moderno y, al parecer, los padres de Johanna también lo son. Permiten que los tortolitos pernocten juntos y, por la mañana, desayunan en familia.
Esto solo nos demuestra una cosa: Pablo y Johanna tienen una relación muy consolidada. Las hermanas de ella, que son tres, también están encantadas con Urdangarin. Tal y como publica Vanitatis, han aceptado al chaval sin ningún reparo. Pablo se hace querer y ellas lo adoran. Hace unos días, la familia compró un conejo enano como mascota y el hijo de Iñaki también participa en los cuidados.
Además, el muchacho no duda en pasear el perro de sus suegros por el barrio. Al parecer, el peludo también está enamorado de Pablete y no se separa de él. En definitiva, Urdangarin es el yerno ideal: guapo, listo, paciente y con las ideas claras.
Fotos: Gtres / Portada Lecturas
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