Ayer miércoles 25 de enero tuvo lugar la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático celebrada en el Palacio Real de Madrid. El sarao, organizado por primera vez sin las restricciones de la pandemia, tuvo como máxima protagonista a nuestra queridísima Letizia Ortiz y no precisamente por el modelazo que se plantó para el acontecimiento.
En un principio, todo parecía transcurrir en orden. Felipe VI y su señora esposa conversaban animadamente y sus looks cumplían con el protocolo establecido. Él, con chaqué, y ella, con vestido largo. Hasta que les llegó la hora de saludar uno a uno a sus invitados, que debe durar más que el convite de una boda real, y se armó el show.
¿El motivo? El embajador de la república de Irán, Hassan Ghashghavi le extendió la mano al monarca y se la negó a Doña Leti, colocándola en su torso cuando le tocaba decirle holi a Ortiz. Cabe destacar que los hombres iraníes tienen totalmente prohibido el hecho de darle la mano a una mujer en público desde la revolución islámica de 1979. Motivo por el que Hassan decidió cumplir su costumbre a rajatabla.
Pero, ¿cómo reaccionó la queen? Letizia mantuvo el tipo, se dedicó únicamente a asentirle con la cabeza (sin articular palabra) mientras su rostro inexpresivo le brindaba con una de sus ya habituales miradas fulminantes que te provocan pesadillas durante un mes.
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