Ayer fue un día grande para el emérito. Además de celebrar el aniversario de la Constitución Española, don Juan Carlos tenía otro motivo para trincarse un buen Vega Sicilia (ojo, que no lo hizo, o al menos no ha trascendido). El padre de Felipe VI recibía ayer la llamada más esperada. Descolgó el teléfono y escuchó algo así como: "Hemos ganado".
Tras varios meses de espera, Juan Carlos puede respirar tranquilo. La Corte de Apelaciones de Inglaterra y Gales le ha concedido la inmunidad en Reino Unido frente a la demanda de Corinna Larsen. Y claro, JuanCar está feliz como una perdiz. Se ha despedido de sus problemas con la justicia, y para colmo le ha dado en las narices a la que fuera su amante.
Pero, ¿cómo celebró el emérito semejante triunfo? ¿Se pimpló un botellón de vino? ¿Se fue de cacería a Botswana? No, nada de eso. El rey tan solo levantó el teléfono y comunicó la buena noticia a sus queridísimas hijas. Cristina y Elena fueron las primeras en enterarse, y después lo hizo Felipe, que recibió un telegrama en Zarzuela.
Tal y como publica Informalia, el emérito prefirió utilizar las vías oficiales de la Corona para comunicarse con su hija. Su relación es algo más fluida en este momento, pero quiso ser cauto. Además, teniendo en cuenta que Juan Carlos desea regresar a España con todas sus fuerzas, no puede jugársela a cabrear a su retoño con un mal movimiento.
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