Jaime de Marichalar discute con la infanta Elena y se planta en Abu Dabi para arropar a Froilán

Nuevo capítulo en la historia interminable del Borbón más bribón. Hace ya varios meses, en Zarzuela decidieron llamar a doña Elena para darle un toque de atención. Su hijo, el travieso Froilán, se había pasado de la raya. Sus fiestas sin límite eran carnaza fresca para la prensa y desde Casa Real no podían permitirlo. Cualquier riesgo para la monarquía española debía ser eliminado, y el riesgo era él, 'Pipe'.

No quería marcharse. Le pidió una y otra vez a su madre que no le obligase a abandonar Madrid, pero la decisión venía de arriba, tal y como certifica ElNacional.cat. Contra las decisiones de Felipe y Letizia hay poco que hacer, y Froilán lo sabe. No tuvo más remedio. Hizo las maletas y se marchó al exilio.

Allí le esperaba el yayo Juan Carlos con los brazos abiertos. Abuelo y nieto tienen ahora algo común: ambos se han visto obligados a dejar España por recomendación de Zarzuela. Ninguno de ellos quería hacerlo, pero no había debate. Las órdenes del rey son sagradas. No hay discusión ni debate. Lo que dice Felipe, a misa.

Marichalar, padre del exiliado Froilán, tampoco estaba de acuerdo en que su retoño abandonase Madrid e hizo lo posible por evitarlo. Tal y como publica el citado medio, se puso en contacto con doña Elena y le comunicó su disconformidad. La infanta se limitó a escuchar. Gustase o no a su ex marido, ella poco margen de acción tenía en aquel momento.

Lo intentó una y otra vez, pero el destino de 'Pipe' ya estaba fijado. Marichalar no pudo evitar despedir a su chiquillo y, como buen padre preocupado, se pilló un vuelo con destino Abu Dabi para ayudar al joven en su periodo de adaptación. Al parecer, lo hizo sin el permiso de Zarzuela.

Fotos: Gtres