Froilan y Victoria parecen haber cambiado de estrategia. Se acabó lo de huir de las cámaras y se acabaron las malas palabras ante los reporteros. Ahora son niños educados, amables y sonrientes. Parece un milagro, pero es real, ha sucedido: los hijos de doña Elena han cambiado su actitud y esto hay que celebrarlo.
¡Qué decreten fiesta nacional, por Dios! Los hermanos más polémicos del país, los mismos que en tantas ocasione se han enfrentado a los reporteros, han bajado las armas. Ya no quieren guerra. Ahora son pacíficos, simpáticos y comedidos. Victoria lo demostró hace unas semanas, cuando una periodista de Europa Press consiguió sus únicas declaraciones sobre los planes Borbónicos en Ginebra.
Aquello fue un momento histórico. Era la primera vez que escuchábamos la voz de Vic y España quedó anonadada. No, no es muda. Es humana, capaz de seguir una conversación y suficientemente inteligente como para librar según que preguntas con un sonrisa en el rostro. Froilán, recién aterrizado en España, sigue ahora la misma estrategia de su hermana.
Fue pillado por la prensa en plena calle y, lejos de poner cara de mala uva, se limitó a sonreír y exclamó algunas palabras: "¡Primera noticia!", dijo sobre el supuesto topo que podría haber en su grupo de amigos, tal y como relata Informalia. Sorprendentemente, el muchacho se mostró empático, cercano. No despreció a quienes hacen su trabajo como sí ha hecho en otras ocasiones.
La pregunta es, ¿a qué se debe semejante cambio? Al parecer, los hermanísimos podrían haber recibido un toque de atención. Teniendo en cuenta que el pasado fin de semana lo pasaron en Ginebra junto a su familia, cabe pensar que fue allí, entre canapé y canapé, cuando recibieron la reprimenda de alguien de su entorno.
Fotos: Gtres
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