Metámonos en nuestra máquina del tiempo para viajar al 1996. En aquel año, una joven Letizia Ortiz estaba en México. Había acabado su carrera de Periodismo y completaba sus estudios en el Departamento de Estudios de Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara.
Pero no venimos a hablar de la Leti, qué va. Porque en aquella época ni siquiera Felipe VI tenía ni idea de quién era. Pero en 1996, nuestro Felipito sí que conoció a Eva Sannum, la modelo noruega que acabaría conquistando el corazón Borbón: "Felipe y yo nos conocimos completamente por casualidad cuando yo vivía en Madrid", ha explicado en una entrevista para la revista noruega 'Aftenposten'.
En aquella época Eva tenía 21, Felipe 28. "Llevo muchos años evitando hablar de esa historia mía en España. No quiero que nadie piense que doy una entrevista sobre mi pasado con el príncipe y la prensa porque echo menos de ser el centro de atención", ha comenzado contando.
Porque han sido muchos años de silencio. Más concretamente, desde que en 2001 su relación acabó y lo anunciaron (muy romántico todo) a través de un comunicado: "Por razones estrictamente personales y particulares, cada uno seguirá su camino en la vida. La decisión ha sido tomada libremente y de mutuo acuerdo", decía.
A pesar de estar tantos años evitando hablar, ahora se le ha soltado la lengua: "Cuando eliges no comentar nunca algo, como hice yo, muchas veces se establecen en la prensa algunas verdades que no corresponden a la realidad. Que una declaración se repita con frecuencia no significa que sea cierta", ha reconocido.
Como por ejemplo, se decía Felipe y ella que se conocieron en 1997, en vez de un año antes. Igualmente, se señaló a Eva o a la Zarzuela —según el día— como culpables de filtrar las imágenes de un viaje con Felipe a la India, con las que se dio a conocer su relación: "La verdad es que las fotos fueron robadas de un álbum de fotos privado. Se sospechaba que muchos, incluida yo misma, las habían filtrado. La persona que las robó me escribió una carta muchos años después para aliviar su mala conciencia", ha explicado.
Pero no todo lo de ser princesa es tan bonito como nos lo pintan las películas de Netflix: "La gente probablemente piensa que me perdí una vida de yates y champán, pero no se dan cuenta de que es agotador. Es una vida llena de limitaciones", asegura.
"Desde el principio decidí no mirar nunca a la cámara de los paparazzis. No quería que nadie pensara que me gustaba que me fotografiaran. Durante un tiempo, consideré usar la misma ropa todos los días", explica. Por tanto, no se corta a la hora de reconocer que está "muy contenta" de no haber sido reina.
Y a día de hoy, ¿qué es de esta mujer? Pues vive en Oslo —donde nació— con su pareja, el publicista Torgeir Vierdal, y sus dos hijos. Montó su propia agencia de comunicación, 'Sannum & Bergestuen', y tiene un podcast. Pues una chica normal, vamos.
Imágenes | GTRES
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