Bombazo de última hora. Lo que los ingleses se venían venir desde hace un buen tiempo al final ha tenido lugar. Y es que la historia amorosa del príncipe Harry y Chelsy Davy siempre había estado manchada de peleas, altibajos, líos entre ellos y disputas, pero al final siempre conseguían reconciliarse y hacer como que todo seguía su cauce normal. Pero desde hace un tiempo, los medios apuntaban a que la tranquilidad que se respiraba en la relación no era sino la tranquilidad que viene seguida de la tormenta. Y efectivamente los malos augurios se han acabado por cumplir.
Según la prensa británica, ambos han decidido poner fin a su noviazgo de seis años (que ya está bien...) y tomar rumbos separados en sus vidas para rehacer toda su trayectoria, tanto sentimental como profesional. Quieren un lavado e cara y lo quieren cuanto antes sobre todo ella, que al parecer la prensa le agobiaba demasiado.
Al parecer, Chelsy se mudará definitivamente a Sudáfrica, su país de origen, para comenzar una nueva etapa como abogada, y ya le ha comunicado a sus amistades que su relación con el príncipe está acabada y que no les envíen fotos ni tarjetas de felicitación a los dos estas navidades porque residirán en sitios distintos.
Y el pueblo británico al parecer no ha encajado mal el golpe. Es más, yo pienso que hasta lo agradecen porque con eso de que a Chelsy no le hacía mucha gracia Inglaterra y pasaba bastante tiempo fuera para no estar en la patria inglesa, los ingleses no la tenían mucha simpatía y no la veían como una buena esposa para el príncipe (ya sabemos lo que nos gusta comer en mesas ajenas).
Vía | El País