Letizia es una mujer de armas tomar, y el día que nació su primera hija volvió a demostrarlo ante la familia de Felipe. Cuando tomó la decisión de dejar la tele, cambiar de vida y entregarse en cuerpo y alma a la Casa Real, la que fuera periodista sufrió el desprecio de sus suegros. No veían con buenos ojos a aquella plebeya divorciada, pero Leti consiguió hacerse un hueco.
Felipe se puso serio con sus padres: o Letizia o ninguna otra. Estaba enamorado y no iba a permitir que las exigencias sin sentido de sus progenitores arruinasen su relación. Y lo consiguió. Aquella mujer a la que veía en pantalla cada día en los informativos acabó siendo su esposa, hasta el día de hoy.
Pero no, no todo ha sido un camino de rosas entre Felipe y su mujer. Ella es una mujer con carácter, y el rey se ha visto obligado a ceder en numerosas ocasiones. Cuando nació su primera hija, el monarca quiso llamarla Sofía en honor a su madre. Lo tenía claro. Era un homenaje que debía hacerle a la mujer que tantos años había soportado los líos de faldas de Juan Carlos.
Pero de eso nada. Letizia odiaba a su suegra y no permitió que su niña, la heredera, llevase el nombre de la madre de su esposo. Felipe no tuvo opción. Aceptó que la pequeña se llamase Leonor y fue su segunda hija la que reibió el nombre de Sofía.
Tal y como aseguró Jaime Peñafiel en El Mundo, "ahora se ha sabido que Leonor iba a llamarse Sofía, pero Letizia no quería saber nada de que su primogénita llevara el nombre de su suegra. Ya apuntaba malas maneras", comentaba el periodista, tal y como recoge ElNacional.cat.
Fotos: Gtres
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