Confesiones del Príncipe Harry. El royal díscolo y currante lo cuenta todo

Todo el mundo sabe que Harry no es que me guste más que comer con las manos, es que me rechifla. Y sí, lo reconozco y, además, lo digo con la boca muy llena porque, a pesar de todos lo pesares, es un tío que va con la verdad por delante. Y es que muchos otros royals son de lo peorcito de cada casa, pero las matan callando. Yo prefiero a la gente que se le ve venir…

El caso es que mi mi querido Enrique acaba de conceder su entrevista más sincera y lo ha hecho desde el curro, desde el mismo Afganistán. Y justo unos días después acaba de aterrizar en Inglaterra donde pasará una temporadita. A lo que vamos que me voy por los cerros de Úbeda. La cosa es que el piloto y militar de profesión, aparte de Príncipe, no ha tenido pelos en la lengua para hablar de todo tipo de temas.

Sin censura, Harry ha comentado que se le fue la mano en las Vegas y, como decía mi padre, el que vale para trabajar, vale para salir. Es joven y humano. Se le ha llenado la boca de alegría al hablar de su futuro sobrino/a y, además, ha contado el porqué de su decisión de servir al estado en tareas militares. Y es que este último punto aunque parezca tonto, no lo es. Otro, en su piel, hubiera preferido pasarse la vida padre en actos protocolarios y cenas de postín – no quiero mirar a nadie – mientras que Harry como un soldado más, se parte el lomo, se levante antes de que salga el sol y, por descontado, tiene el mismo trato que cualquier otro militar.

Es por eso que sus compañeros le adoran, dicen que es muy buen tío y un genial compañero. Además, algunos aseguran que es súper divertido, eso ya lo tenía claro, por no decir que cuando paso lo de la pool-party loca, sus compañeros de medio mundo sacaron la cara (y algunos tamibén el culo) por él. A todo esto, de casarse y todo el rollo, de momento pasa, vaya y yo buscando como un loco un marido inglés pelirrojo que se llame Harry. Otra vez será.

Vía y vídeo | Channel 4
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