El divorcio está a punto de hacerse oficial. Tras variso meses de negociación, el acuerdo ha llegado, y es bastante simple: la infanta untará en pasta al hombre que la engañó con tal de cerrarle el pico. Urdangarin se embolsará 25.000 lereles mensuales en concepto de pensión y, para más inri, recibirá un ingreso de dos millones de euros para su uso y disfrute.
Parece un chiste, pero es real. Iñaki se hará millonario de un día para otro gracias a la madre de sus retoños, y gracias a don Juan Carlos. El emérito fue quien convenció a su hija de que llenarle la cartera a Iñaki es la solución. Si Urdangarin abre la boca, la Corona Española correría serio peligro.
Aunque le costó aceptarlo, finalmente lo hizo. Doña Cristina pagará a su ex por guardar silencio, financiará sus escoltas y sus desplazamientos para ver a los niños. Además, pondrá dos propiedades a su nombre. Un par de pisitos en los que Iñaki podría pegarse la vida padre junto a Ainhoa Armentia.
Eso sí, el ex duque jamás podrá compartir techo con su churri y los cuatro Urdangarines. Tal y como publica ElNacional.cat, en el acuerdo de divorcio existe una cláusula específica, impuesta por Cristina, para evitar que sus hijos conozcan a Ainhoa. Al parecer, los dos más jóvenes la destestan.
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