Lo de la boda real entre Kate Middleton (ahora la señora duquesa Catalina) y su príncipe Guillermo, está trayendo más cola que la que llevó en su traje de novia el día de la boda. Porque si no han hecho un negocio de oro con todo lo que se ha generado alrededor de ellos, no se ha hecho nada. Y claro, mientras uno pueda seguir chupando de la teta se seguirá chupando. Y los cotilleos sabemos que son mucho de chupar, no nos engañemos. Bueno, que me lío y al grano: que ahora que Kate Middleton está muy usada y manida y ya no se puede sacar nada de jugo de ella, la prensa rosa ha pasado a por la novia del príncipe Harry, Chelsy Davy, que la verdad es que ni cae muy bien en la familia, ni cae muy bien al pópulo inglés, pobrecica.
Primero el día de la boda, que se nos presentó con unas ojeras que le llegaban hasta el suelo y la prensa se cebó con ella. Luego, que según parece (yo no lo vi) el príncipe Harry no paraba de echarle miraditas a Pippa Middleton, cosa que por otra parte comprendo a la perfección porque el día de la boda iba casi más guapa que la propia novia, así que como para no mirarla. Pero según los medios británicos, hubo miradas, hubo risas, hubo tonteo… vamos, que están tardando tiempo en emparejarles y la verdad es que si por la familia real fuera estarían encantados de que fuera así.
Y claro, Chelsy Davy se ha puesto las pilas y se ha propuesto aprender de una de las grandes para que no le quiten su opción a acceder a la casa real: Kate Middleton. Y la tía le ha puesto tanto empeño que le copia hasta la manera de vestir.
Yo sigo pensando que es casualidad pero la prensa británica se ha hecho eco de ello rápidamente y aunque no lo creáis, los zapatos de L.K. Bennett valorados en unos 145 euros, de Kate Middleton se han revalorizado y se han puesto por las nubes, porque ni los zapatos de cenicienta tuvieron tanto éxito en lo que a sangre azul se refiero, telita con ellos. Y eso que no son iguales pero como son de la misma firma y se parecen pues… ale, ale, a hacer caja se ha dicho.
Para los que no anden puestos en el tema, se trata de los que Catherine Middleton (que hay que empezar a llamarla por su nombre de casada) llevaba puestos a su entrada al Hotal Goring donde pasó la noche antes de la boda y se los volvió a poner la mañana en la que, ya como princesa y duquesa, abandonó el palacio de Buckingham para disfrutar de unos días de tranquilidad con su señor esposo. Y al día siguiente… ¡tatatatachán! Chelsy Davy los llevaba iguales mientras iba de compras.
¿Casualidad o en verdad está todo pensado? Quiero leer vuestras opiniones…
En Trendencias | Catherine y Pippa Middleton visten de Zara después de la boda: ¿casualidad o la venta de una imagen?
Foto | Gtres