Ayer jueves Netflix emitió los tres nuevos capítulos de la docuserie de los duques de Sussex que han caído como una bomba nuclear en el kilométrico palacio de Buckingham. Y es que Harry y Meghan han hecho de todo menos morderse la lengua al destapar el momentazo en el que cortaron sus lazos con la familia real británica.
El acontecimiento tuvo lugar el 13 de enero de 2020 y después de varios intentos fallidos del joven de servir a la corona desde el extranjero. El citado día se convocó una reunión entre Harry, Guillermo, Carlos y la fallecida queen Isabel, que recibió el nombre de 'Cumbre de Sandringham', porque llamarla "se va a liar parda" como que no va con la sangre azul.
Previamente a esto, el ambiente ya estaba caldeado tras el anuncio de los Sussex de que se retiraban forever de La Firma. En el documental, Harry relata que le plantearon cinco posibilidades para regular su situación que abarcaban desde permanecer en la misma hasta su retirada definitiva, escogiendo él la que lo dejaba en una posición intermedia.
Finalmente, Harry se percató de que dicha posibilidad era mentira y se montó el pollo: "Fue desgarrador y terrorífico ver a mi hermano gritándome, a mi padre diciendo cosas que no eran verdad y a mi abuela callada, asimilando todo (...). Fue muy duro. La reunión terminó sin un definido plan de acción", confiesa en príncipe.
Aquel día supuso la ruptura definitiva de la relación entre los bro's que no se ha conseguido solucionar a día de hoy: "Lo más triste fue la distancia que se creó entre mi hermano y yo. Él está en la institución, en parte lo entiendo, es su herencia. Tiene asimilado que parte de su responsabilidad es la supervivencia y la continuidad de la institución (...). Guillermo y yo crecimos viendo lo que pasaba en la oficina de nuestro padre, reuniones, favores, invitaciones... Acordamos que jamás permitiríamos que pasara en la nuestra", sentencia el retoño de Lady Di.
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