Mientras Íñigo y Tamara disfrutan de los encantos del África profunda, Susana y Jaime viven su particular luna de miel y diamantes. Ambos surcan las aguas ibicencas en el yate de los Rabat y dedican sus días a beber champán durante las puestas de sol. Vimos las primeras fotos de Marichalar y la representante de Ana Obregón subiendo al barco, y ahora, saltan las alarmas con las nueva instantáneas.
Al parecer, el padre de Victoria Federica y su amiguísima del alma, Susana, tienen un vínculo especial que les permite ponerse la cremita solar el uno al otro. Se llevan a las mil maravillas. Toman el sol juntos, ríen a carcajadas y comparten confidencias. Las complicidad entre ambos es más que evidente, pero la cuestión está en el aire: ¿hay amor o aquí todo es negocio?
Amor, haberlo, haylo. Es evidente que existe un cariño. Nadie pasa jornadas completas al lado de alguien a quien no aprecia, y mucho menos en bikini. Jaime y Susana se quieren y se ayudan, tanto en lo personal como en lo profesional. Él trabaja para el mayor conglomerado del lujo, y ella, representa a las personalidades más cotizadas de nuestro país. Es decir, hay movimiento de dinero.
Uribarri, Marichalar y los Rabat
Marichalar es amigo de los Rabat por una sencilla razón: vende sus joyas y se lleva una comisión por ello, tal y como explica Informalia. Por otro lado, esas mismas joyas son las que Uribarri intenta encasquetar a las mujeres a las que representa. De este modo, la casa Rabat gana repercusión gracias a la labor de Susana, considerada una de las mejores relaciones públicas.
En resumen, está claro que el parné está muy presente en la relación entre Susana y Jaime, pero también es evidente que existe una bonita amistad. En una de las fotos publicadas, puede verse a Susana ayudando a su amigo a quitarse la camiseta. Y no, eso no se hace por pasta. Ellos son colegas desde hace años y han sabido sacarle partido a su compañía.
Fotos: GTRES
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