El Rey Juan Carlos Bribón podría haber coincidido con Kiko Matamoros y Renée Zellweger en una cámara de criogenización a la espera de asentar toda la plastilina inyectada en sus caritas de bebés. El abuelito de Froilán y Victoria Federica invirtió 95.365 euros, ganados con el sudor de su frente (de pasar calor en los Emiratos Eméritos), en los tratamientos 'Benjamin Button' de la Clínica DeSánchez en Barcelona.
Tal y como se puede leer en la página web del centro medicoestético que el Rey frecuenta desde hace más de 20 años (su relación más estable), en la clínica del Dr. Sánchez son los más pros en medicina proactiva, nutrición y dietética, lo que consideran "claves en la prevención de enfermedades, aspecto y belleza, estado de ánimo e incluso en nuestros hábitos y costumbres".
Esta clínica a la que asiste frecuentemente Juan Carlos desde el año 2000 está situada en el palacete exponente del modernismo Casa Alemany, construido en 1910 por el arquitecto Joan Rubió Bellver. Allí se consideran pioneros en salud, bienestar y en tratamientos 'forever young', centrados en aumentar la longevidad. Su máximo objetivo: que nuestro Rey supere a la reina Isabel II.
'El Español' publicó que el Emérito se ha metido 95.365 euros en ácido hialurónico inyectado por su brother el doctor. Un dineral que le prestó su amigo el mexicano Allen Sanginés-Krause y que la Fiscalía ha considerado que son regalos sujetos al impuesto de sucesiones y donaciones. Pero el Rey, para variar, no lo declaró en su momento a Hacienda.
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