Una ruptura siempre es dolorosa. Aun más si hay unos cuernos de por medio, mentiras, falsas promesas y, sobre todo, un anuncio de compromiso 48 horas antes. Ni los 14.500 euros que cuesta el anillo han podido calmar a Tamara Falcó tras que 'Socialité' demostrara que el famoso vídeo de su prometido, Iñigo Onieva, comiéndose el boquino con otra era de este año y no del 2019 como él mismo defendió un día después de anunciar su boda.
Un "engagement" (que es como se refiere Iñigo Onieva demostrando que sabe idiomas, querida, idiomas) que se ha visto frustrado a pesar de todos los preparativos, que ya estaban en marcha: fecha de la boda (17 de junio de este año), lugar (El Rincón), Netflix frotándose los bigotes por tener una segunda temporada de 'La Marquesa' con Tamara y su prometido mostrando cada aspecto preboda...
Tras el comunicado oficial del empresario pidiendo disculpas y reconociendo que su actitud es bochornosa, parece ser que Tamara Falcó ha decidido cortar por lo sano: “En los vídeos difundidos aparezco en una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado por ello. Pido disculpas por no haber sido honesto y pido perdón a Tamara y a su familia públicamente”, reconocía tras filtrarse las imágenes del Burning Man.
A pesar de estas palabras, Tamara no quiere saber nada de su exprometido. La marquesa ha estado llorando desde entonces en la biblioteca de Villa Meona según ha podido saber el plantel de colaboradores de 'Ya es verano'. Es por eso que la Falcó ha decidido dejar de seguir en Instagram a Iñigo Onieva lo cual recrudece aun más la situación entre ellos.
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