Sara Sálamo, también conocida como la que anunciaba las cremas del 'LIDL', fue anoche a divertirse a 'El Hormiguero' para presentar una nueva película de esas que no ponen en Netflix, sino en un lugar con muchas butacas y una pantalla enorme: el cine, ¿os acordáis? ¡Qué lugar! Cuantas primeras citas habrán ido a morir y a vivir para siempre allí...
El nuevo trabajo cinematográfico de Sara se llama 'El año de la furia', que podría ser perfectamente un biopic sobre el año en que Christofer decidió ir a 'La Isla de las Tentaciones' y acabó recorriendo todo el litoral de República Dominicana al grito de '¡¡¡Estefaníaaaaaa!!!' tras ver sus imágenes con el tentador y psicólogo comeorejas Rubén Sánchez.
La actriz tinerfeña ha confesado que hay algo que marca de furia, precisamente, su día a día: los haters de su churri, el futbolista Isco Alarcón, que se han convertido también en los suyos. Aunque tiene la bendita manía de pasar un poco de ellos, Sara no soporta el cuñaísmo sudado de bar al que huelen este tipo de tweets:
"En las redes sociales mucha gente juzga el rendimiento de mi pareja y lo relaciona conmigo, es algo muy machista y son posturas que no tienen ningún sentido", ha confesado aclarando que la culpan "por cansarle" o cualquier tipo de chorrada de este estilo.
Lo que no sabíamos es que Sálamo estaba abriendo un melón de lo más curioso ante las hormigas hablando de esas pequeñas manías que hacen desesperar, sobre todo cuando vienen en cantidades industriales:
“No soporto que alguien meta la cuchara en un postre, que me traigan un yogurt y que lo destrocen; no puedo tomar refrescos desde la lata, sino que tiene que ser en vaso; y si vas a mi casa, ves un cartel que he puesto en el que se lee ‘solo llamar una vez al timbre’”, enumeraba Sara dejándonos la cabeza igual de rayada que la última página de una libreta, esa que reservabas para garabatear hasta no dejar ni un hueco en blanco.
Una de las más curiosas consiste en que Sara, antes de cogerse un Renfe o un avión, en vez de hacer la maleta ocho días antes o meterlo todo en botes de 0,0001 centilitros, tiene la costumbre de comprar unos anteojos, como si fuera una Totally Spy y fuera a pasar desapercibida:
"Me pasa desde que era muy jovencita, cuando empecé a viajar con amigas. Me iba a la óptica del centro de la ciudad a la que fuera y me compraba gafas de vista. Con cristales pero sin graduar. Yo de pequeña quise tener gafas, aparato y pecas y no tuve ninguna”, relataba dejándonos patitiesos aunque reconociendo que ya se está "curando un poco de eso".
Y llegados a este punto diréis: Isco Alarcón, lo que tú sientes por tu churri es verdadero. Pues sí, porque el chaval o tiene manías al nivel de Sara (que lo veo bastante imposible) o es verdad que el amor lo puede todo, incluso que te parezca romántico y sexy levantarte cada día con Kiko Matamoros al otro lado de tu cama (lo digo por su novia).
Eso sí, siempre hay un talón de Aquiles. Y mira que el talón de Isco ha dado alegrías... Pues hay una cosa que Sara Sálamo ama con locura y que al madridista no le hace mucha gracia: ¡imitar acentos!
La actriz ha contado que, al ser canaria, decidió hablar en castellano profundo para tener más posibilidades de trabajo, algo que llevó a explorar los diferentes acentos del mapa fonético. De repente me han entrado ganas locas de verla hablando como el Koala o King África...
Sara se ha tirado el pisto diciendo que se le da "genial" tener más acentos mezclados que el típico de madre aragonesa, padre de Granada y que estudia en un colegio bilingüe, pero que a Isco... “No se le da mal, pero es mucho peor que yo”, ha reconocido desafiando a su churri, al que ya me imagino esperándola muy sexy en el sofá para sorprenderla con un venezolano acento seductor.
Ver todos los comentarios en https://www.poprosa.com
VER 0 Comentario